La época decembrina está llena de buenos deseos, felicidad, amor, cariño, abrazos, regalos y muchas fiestas; en ellas estamos rodeados de lo que a veces creemos es nuestro peor enemigo: LA COMIDA. Sin embargo, esta época no tiene que ser de sufrimiento, ni mucho menos de limitarse a disfrutar todo lo rico que nos ofrecen las posadas.
A continuación, te comparto algunas ideas que te ayudarán a blindarte ante las tentaciones y pases unas fiestas decembrinas increíbles:
- Cuidado con ayunar: Esta conducta hace referencia a brincarse comidas. El clásico “mejor no como para desquitarlo en la cena”; desgraciadamente esta estrategia termina siendo poco útil, ya que cuando ayunamos, a nuestro cuerpo no se le olvida que tenemos hambre y esto puede llevarnos a comer hasta sentirnos incómodamente llenos; POR ESO, ES IMPORTANTE NO SALTARTE COMIDAS, realiza las comidas que regularmente haces para cuando llegue el momento de la cena no te sientas con tanta hambre que no puedas controlarte.
- Cuidado con los enganches emocionales: Es común que algunos familiares o amigos hagan comentarios acerca de nuestra imagen, peso o de lo que comemos, SI ESTO TE SUCEDE, primeramente, adopta una postura compasiva y sin juicios acerca de ti mismo, no te enganches ni le des vueltas a los aspectos negativos de la situación, pon el dolor en un estante, enciérralo en una caja y déjalo ahí durante un rato. Así podrás prestar atención a disfrutar de la fiesta sin perder el control por sentirte desbordado por alguna emoción.
- Cuidado con comer por una emoción: Cuando las emociones se presentan de forma intensa, buscamos algo que nos ayude a evitar el malestar o dejar de sentirnos mal, muchas veces esto lo logramos comiendo; si esto llega suceder BUSCA GENERAR distractores, por ejemplo, contar hasta 10, contar los colores de un cuadro, prestar atención a los sonidos que hay alrededor o tararear alguna melodía; cuando sientas que la intensidad de la emoción bajó, identifica si realmente sientes hambre.
- Cuidado con darse permiso sin límite: Las posadas están llenas de platillos deliciosos y se nos antoja comer de todo, por lo que decidimos darnos permiso de probar lo más que podamos sin un límite. Ante estos casos PRESTEMOS ATENCIÓN A NUESTRO CUERPO, él nos avisa cuando ya se siente satisfecho; esto no quiere decir que está prohibido comer, prueba sirviéndote en platos pequeños porciones de diferentes platillos, permítete disfrutar del olor, sabor y texturas de esa comida, y principalmente tómate las cosas con calma, esto te permitirá probar varias cosas sin quedarte con el antojo, y sin sentirte incómodamente lleno.
Recuerda que la comida no es nuestro enemigo, no tenemos por que privarnos, engañarnos o sentirnos culpables, disfrutemos de la compañía y de los momentos. ¡FELICES FIESTAS!
Mtra. Diana Gómez
Profesora y Psicoterapeuta