“Son nuestras elecciones, Harry, las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades” Albus Dumbledore.
Recuerdo que cuando estaba estudiando la licenciatura en psicología, algunos de mis profesores me decían que la psiquiatría y la psicología eran dos áreas independientes y que no teníamos que mezclar intervenciones con “ellos” o con los “otros de la salud mental” como si los psiquiatras fueran un culto peligroso o como si fueran los caminantes blancos en Juego de Tronos, otros profesores me decía que los psiquiatras menospreciaban el trabajo del psicólogo, otros me decían que la psiquiatría y la psicología eran como si fueran hermanas y que podían trabajar juntas y también recuerdo profesores que me decían que para unos casos si y para otros casos no aplicaba la psiquiatría.
En este 2020 cumplo 8 años de haber terminado la licenciatura y veo lejos el recuerdo de las opiniones y comentarios de mis viejos profesores. En este caminar he tenido la fortuna de dedicarme a lo que más me apasiona, la psicoterapia y la docencia. He tenido cientos de casos bastantes diversos y un sinfín de experiencias y aprendizajes increíbles, pero tarde que temprano si uno se dedica a la psicoterapia tendrá que verse cara a cara con los psiquiatras.
La primera vez que un psiquiatra me derivó un paciente recuerdo que yo llevaba alrededor de 6 meses ejerciendo ya la profesión de psicoterapeuta y recuerdo muy bien que cuando el paciente llegó a mi antiguo consultorio yo estaba asustado porque en mi mente tenía la idea de “un paciente psiquiátrico es ya alguien que tiene una problemática súper complicada” (como si fuera el Joker/Guasón de Joaquín Phoenix) y yo con poca experiencia tenía miedo de no saber qué hacer. Algo que siempre he hecho desde el día uno que comencé a ser psicoterapeuta y continúo haciendo a la fecha es tener colegas y ex profesores (ahora excelentes amigos) como asesores de mis casos para cuando tenga alguna duda o vea que no avanzo en un proceso psicoterapéutico con algún paciente; entonces con asesoría y horas de autodidacta salió adelante mi primer paciente con Ataques de Pánico. Así fue mi primera experiencia con un psiquiatra.
Pasó el tiempo y cada vez fui recibiendo más y más pacientes derivados de diferentes psiquiatras y paido-psiquiatras (psiquiatras infantiles) y llegó un momento donde me di cuenta que estaba ya trabajando de manera cotidiana con los famosos “otros” de la salud mental y que para nada era cierto lo que la mayoría de mis antiguos profesores me habían dicho. Recuerdo el primer caso donde yo derivé a psiquiatría una paciente con una ideación suicida tan alta que me sorprendió (gratamente) que volviera viva a la siguiente sesión, recuerdo que la primera vez que la vi le dije que la iba a derivar con un psiquiatra para una valoración y le dieran un tratamiento farmacológico a seguir, la paciente lo hizo y a las semanas bajó su ideación suicida, bajaron sus niveles de ansiedad y cada vez fue más fácil el poder intervenir con ella en sesiones de psicoterapia y conforme pasó el tiempo se fue retirando el medicamento y ya no lo volvió a necesitar porque utilizaba nuevas estrategias de afrontamiento ante los problemas que estaban presentes en su contexto (esto fue alrededor de 2016 y a la fecha sigue sin volverse a medicar ni asistir a terapia).
El caso anterior que acabo de relatar para mí fue un antes y un después donde me di cuenta de muchas cosas y reafirme otras:
- Los pacientes psiquiátricos no son Jokers/Guasones como el de Joaquín Phoenix, son personas comunes con problemas que se les salieron de las manos y que el medicamento les ha ayudado a mantenerse firmes en la tierra para luego solucionar sus problemas a través de la terapia psicológica.
- Los medicamentos no son una solución y no hay que satanizarlos, los medicamentos son un complemento para la solución la cual es que el paciente aprenda nuevas herramientas de afrontamiento y cambie su comportamiento de uno disfuncional a uno más funcional para el contexto en el que se encuentra.
- Ir al psiquiatra no es un fracaso, es pedir ayuda para poder facilitarte la solución de tus problemas.
- La vida e integridad de la persona y de las personas que rodean a la misma está antes que cualquier cosa, por eso los psicólogos si o si derivamos a psiquiatría algunos casos con este tipo de características.
- El ir al psiquiatra no necesariamente significa que te van a medicar, hay veces que el mismo psiquiatra considera que no es necesaria la medicación, sino con pura terapia psicológica puede salir adelante el paciente.
- Los psiquiatras (por lo menos la mayoría con los que me he topado en mi vida profesional) ven a los psicólogos como compañeros de profesión y no como algo menos o como algo más que ellos.
- Un buen psiquiatra conoce bases y fundamentos de la terapia psicológica, lo cual ayuda bastante en el trabajo interdisciplinario.
Esta es una breve reflexión sobre mi experiencia en el trabajo interdisciplinario con psiquiatras, si tienes alguna duda o inquietud sobre el asistir o no a consulta psiquiátrica, siéntete con toda la confianza de comunicarte con nosotros en el IJPCC, cualquiera de mis colaboradores en el Instituto podrá resolver todas tus dudas.
Mtro. Daniel Cruz Gómez
Psicoterapeuta Cognitivo Conductual