Desde su surgimiento en los años 60´s la Terapia Cognitivo Conductual (TCC) ha sido una alternativa viable para la intervención en diversos trastornos mentales, demostrando alta efectividad desde sus inicios para el tratamiento de la depresión y la ansiedad y más tarde para el tratamiento de adicciones, trastornos de personalidad y otras psicopatologías.
Así mismo, esta propuesta psicoterapéutica ha tenido que enfrentar a diversas críticas relacionadas con el tiempo de intervención, la profundidad de los cambios, la fundamentación de sus intervenciones y la relación terapéutica, entre otras. A continuación, se numeran algunos de los principales mitos que se han construido alrededor de la TCC y las contestaciones correspondientes.
1.- La TCC es una terapia superficial y no toma en cuenta las cuestiones subjetivas de la persona.
La TCC se basa en un modelo cognitivo que plantea que la percepción de los eventos influye sobre las emociones y el comportamiento de las personas. Por lo tanto, indaga las creencias nucleares y esquemas cognitivos que explican porque las personas se perturban, buscando un cambio profundo y duradero al modificarlos.
2.- En la TCC solo se hacen procedimientos de modificación conductual.
Obviamente se emplean procedimientos fundamentados en la modificación conductual, sin embargo, también se utilizan estrategias de cambio cognitivo, técnicas emotivas y experienciales. Para la TCC lo más importante es favorecer el bienestar emocional mediante procedimientos comprobados en su efectividad, los cuales pueden ser combinados, todo bajo un coherente marco teórico cognitivo.
3.- La TCC solo se enfoca en el presente y deja de lado la historia de la persona.
Este modelo propone una psicoterapia breve que trabaje principalmente en el presente para lograr los objetivos terapéuticos. Asimismo, hace una conceptualización del caso, para lo que es necesario indagar en la historia del paciente para destacar aquellas experiencias significativas que expliquen la conformación de los esquemas cognitivos.
4.- La TCC etiqueta a las personas.
El realizar diagnósticos se puede confundir con poner etiquetas en los pacientes. El verdadero objetivo de usar términos diagnósticos es generar un lenguaje en común con otros profesionales, fundamentado en los manuales diagnósticos, que permiten trazar una ruta de tratamiento adecuada para cada persona.
5.- La TCC no trabaja con las emociones.
La TCC hace uso de protocolos bien fundamentados para el trabajo con las emociones, por ejemplo, los protocolos de intervención para conseguir la regulación emocional. Las emociones son atendidas, ya sea que se vean como eventos psicológicos naturales y normales que se viven y validan o bien como resultado de las interpretaciones de los eventos, por lo tanto, al generar el cambio cognitivo, también se verán modificadas las emociones.
6.- Solo se hace sustitución del síntoma.
El cambio profundo de los contenidos de los esquemas cognitivos es la última meta, para evitar recaídas y favorecer que la persona logre un cambio o en lo que piensa de sí mismo, los otros y el mundo.
7.- La TCC utiliza una misma metodología de intervención para todos los pacientes.
En la TCC se desarrollan protocolos científicamente validados para intervenir en diversas patologías. Estos protocolos se usan como guía y se van adaptando de manera personalizada al paciente, a su personalidad y sus necesidades, generando tratamientos únicos e individuales basados en evidencias científicas.
8.- Los terapeutas cognitivos conductuales son fríos y poco empáticos.
La relación paciente-terapeuta es fundamental en cualquier psicoterapia. La alianza terapéutica es instrumental para alcanzar los objetivos en esta terapia, ya que solo mediante un trabajo colaborativo y cooperativo (terapeuta-paciente) se puede logar una dinámica favorable.
Si bien ninguna propuesta terapéutica es la panacea, ni está exenta de verse renovada o actualizada, vale la pena desmitificar los errores que por desconocimiento se pueden construir alrededor de la misma.
La Terapia Cognitiva Conductual es una de las propuestas psicoterapéuticas más estrictas y rigurosas en el ámbito de la ciencia, sometiendo a investigación y revisión sus protocolos de intervención, buscando la constante actualización, escuchando a sus críticos, buscando desarrollar las propuestas más efectivas para las personas que acuden a atención y desean encontrar salud mental.
Mtro. Carlos Martín
Psicoterapeuta