“Lo que más nos duele está cerca de lo que más nos importa” Kirk Strosahl
La pandemia que estamos viviendo va a modificar muchas conductas de nuestro estilo de vida: trabajar, ir a la escuela, visitar a la familia, estar con la pareja, salir con los amigos en la noche, hacer la despensa, ir a plazas, «pueblear», salir a jugar y a hacer deporte. Intentamos adaptarnos a estas condiciones de cuarentena porque valoramos nuestra salud mental, y es que cuando algo amenaza nuestra integridad, lo natural es hacer algo al respecto. Pero entonces, ¿Cuál es la mejor forma de vivir una situación adversa protegiendo mi salud mental y cómo es que al verse amenazada desencadena reacciones en mis emociones, recuerdos, conductas, sensaciones físicas, impulsos y pensamientos?
No hace mucho, vivimos una situación similar, recuerdo que en la contingencia del 2009 tuvimos dos semanas de resguardo y para proteger mi salud mental hice varias cosas, primero noté que estaba muy frustrado y aburrido, y como estrategias abrí mi facebook para estar en contacto con mis amigos, leí nuevamente 3 de mis libros favoritos de la saga de Harry Potter y desempolvamos los álbumes familiares, pasamos varios días con cerros de éstos en la sala, recordábamos nuestras aventuras familiares y otros momentos como el proceso que atravesamos cuando mi padre tuvo cáncer. Sin saberlo, estrategias como éstas fueron terapéuticas y nos permitieron mantener nuestra salud mental aquella cuarentena con todo y el malestar que provocó, ya que me mantuve conectado con mi familia y amigos por tener estas conductas de autocuidado.
Un requisito indispensable para mantener nuestra salud mental en tiempos de adversidad es la aceptación.
La aceptación implica:
- Identificar que aquello que nos genera malestar está ahí.
- Saber que la molestia que experimento está ahí para recordarme que hay cosas que me importan
- Reconocer que de momento eliminarlo o cambiarlo no está bajo mi control.
Como menciona Kirk Strosahl, eminente psicólogo estadounidense, “Lo que más nos duele está cerca de lo que más nos importa”, dicho de otra forma: si algo nos duele (emocionalmente) de fondo hay algo que nos importa de por medio.
Recuerda que la aceptación no implica que me tenga que gustar o tengas que resignarte a sufrir, sino simplemente reconocer que está ahí, notar exactamente qué es lo que desencadena en mi: frustración, miedo, coraje, tristeza, recuerdos de cuando salía, impulsos por salir abrazar a la familia, pensar en “todo lo que estoy perdiendo”, etc.
En el mejor de los casos, la aceptación te lleve a realizar conductas comprometidas con estos valores, cosas muy sencillas que hasta, sin querer, pueden resultar terapéuticas, como hacer videollamadas con los familiares que tanto extrañamos.
La Terapia de Aceptación y Compromiso es un modelo en el que aprendemos a vivir una vida valiosa, significativa, plena, rica y memorable, eligiendo conductas que nos acerquen a este tipo de vida en las áreas más importantes (relaciones familiares, amigos, pareja, mascotas, trabajo, educación, ocio, espiritualidad, salud), integrando la aceptación de los momentos dolorosos, incómodos, frustrantes e incluso traumáticos, como parte de la vida.
Para promover nuestra salud mental, la terapia de aceptación y compromiso nos invita a tener conductas se encaminen a esta vida valiosa, especialmente en tiempos de adversidad, evitando conductas que sólo nos lleven a mitigar el malestar del momento.
¿Cómo?, te comparto aquí algunos ejercicios de la terapia de aceptación y compromiso que te pueden ser muy útiles:
- Identifica:
¿Cuáles son las personas, cosas o situaciones que más te importan?
Tal vez respondas que tu familia, amigos, pareja, mascotas, trabajo, educación y aprendizajes, la recreación y ocio, la salud, la espiritualidad y la comunidad. - Reconoce
¿Qué cualidades quiero cultivar en cada una de estas áreas de valor?
Un hermano cercano, un hijo sincero, un amigo confidente, un ejemplo de honestidad para mis hijos, un trabajador dedicado, etc. - Actúa
¿Qué conductas puedo tener para acercarme más a esta forma de vivir?
Organizar la reunión familiar, hacer ejercicio todos los días, iniciar un hobbie o actividad placentera nueva, permitirme sentir frustración o tristeza, leer blogs (te recomiendo todos los que publicamos para ti en el IJPCC ), practicar de la meditación mindfulness (también tenemos muchas para ti aquí, te darás cuenta de que estas conductas promueven tu salud mental).
Como tip adicional te sugiero que imagines qué conductas estarías haciendo más y qué conductas dejarías de hacer si fueras la mejor versión de ti o tu yo ideal. Es de suma importancia recordar que nuestra biología está orientada en aliviar el dolor a corto plazo, por eso es que en estos tiempos de adversidad nuestra salud mental depende de la aceptación y apostar por una vida valiosa y significativa es un acto revolucionario de amor propio.
Psic. Gerardo Ramírez
Psicoterapeuta Cognitivo Conductual