La autocrítica es la tendencia a hablarse a sí mismo con frases como “nunca hago las cosas bien”, “siempre me equivoco”, “no sirvo para esto”, ¿te son familiares? Son algunas de las frases más comunes cuando cometemos un error.
A pesar de la alta frecuencia con la que las personas se autocritican utilizando frases como las que acabo de describir, si les preguntáramos ¿disminuyen o aumentan lo mal que te sientes?, ¿qué crees que responderían?.
Seguramente me responderías que lo aumentan, y no sólo eso, es muy probable que incluso agraven y prolonguen el malestar. Es interesante analizarlo, porque, a pesar de que a veces no es tan lógico, si una conducta se presenta, más aún si lo hace con frecuencia, seguramente es por algo.
¡Guarda el látigo!, no «estás mal», es algo que le pasa a muchas personas, además ten en cuenta que mucho de lo que nos decimos tiene que ver con nuestra propia historia de aprendizaje, así es que vamos a analizarlo por partes.
El origen de la autocrítica
¿Recuerdas qué ocurría en tu infancia y adolescencia cuando cometías un error?, si en el presente te notas siendo autocrítico, es altamente probable que en aquel momento la respuesta a tus errores hayan sido respuestas verbales o no similares a las que tienes en este momento, “no puedes”, “ya sabía que no ibas a lograr”, “no eres suficiente”, dichas frases de parte de las personas más cercanas.
A la gran mayoría de las personas nos llegó a suceder esto en algún momento de nuestra infancia y adolescencia, pues bien, resulta mucho más sencillo señalar una conducta errónea (generalmente con palabras incómodas o dolorosas) en lugar de ayudar a corregirla y mejorarla con palabras asertivas y respetuosas.
Así pues, a lo largo de nuestra vida, comenzamos a aprender que cada que nos equivocamos, debemos recibir una consecuencia negativa por ello, un regaño o un castigo, que en muchas ocasiones viene de nosotros mismos.
Si te interesa saber más de por qué no me siento suficiente puedes checar este blog https://ijpcc.com/por-que-no-me-siento-suficiente/
Evolución de la autocrítica
A lo largo de nuestra vida, como ya lo hemos estado mencionando, el contexto influye en gran medida en la adquisición de comportamientos, entre ellas, la manera de percibirnos y las verbalizaciones que comúnmente nos decimos.
Cuando un comportamiento se comienza a repetir una y otra vez, es porque esa conducta está siendo reforzada, o sea que hay algo, aunque a veces no es tan “visible” que la mantiene, a veces puede parecer ilógico, pero desde el punto de vista conductual, todo lo que hacemos lo hacemos para algo.
La conducta de autocrítica va evolucionando gradualmente con el tiempo – manteniendose, incrementando su intensidad, frecuencia y duración- conforme continuamos haciendolo, en un espiral vicioso, en el que cada vez el problema se hace más grande.
¿Por qué la autocritica persiste?
¿Por qué mantener algo que resulta tan incómodo?, pues bien, como se mencionaba anteriormente, la respuesta rápida es porque ese comportamiento está siendo reforzado, mientras sigamos obteniendo lo que sea que lo mantiene, ese comportamiento tiene altas probabilidades de persistir.
A menos que, identifiquemos qué ganancia secundaria podríamos estar obteniendo y toleremos el no tenerla, esto puede ser sensación de control o de certeza, el encontrar la explicación a algo o simplemente el no confrontar aprendizajes que hemos tenido de toda la vida.
Si quieres saber más puedes checar el blog https://ijpcc.com/autocriticar-me-sirve/
¿Qué hacer para reducir o eliminar la autocrítica?
Puede parecer dificil cambiar algo que llevamos haciendo toda la vida, lo primero que puedes hacer es reconocer que será un proceso, no ocurrirá de la noche a la mañana y probablemente sea incómodo y te requiera mucho esfuerzo.
Es válido querer intentarlo por tu cuenta, pero la realidad es que iniciar un proceso terapéutico es la opción más eficaz, un terapeuta bien entrenado revisará tu historia de aprendizaje y las variables en la actualidad que mantienen la conducta problema y junto a ti elaborará un plan para lograrlo, claro tú eres quien hará los cambios, pero la guía de un profesional potencializará todos tus esfuerzos y te dotará de herramientas que podrás implementar toda tu vida.
Si quieres iniciar un proceso terapéutico, puedes solicitar una cita con nuestros terapeutas en
Decidas iniciar un proceso terapéutico o no, puedes considerar las siguientes ideas y empezar a llevarlas a la práctica:
El error forma parte de nuestra experiencia. No somos perfectos, siempre habrá algo en lo que no seamos buenos y durante el desarrollo de aprendizajes, puede que cometamos errores, lo cual es completamente NORMAL.
Puede que lleve tiempo comprender o generar nuevas habilidades y conocimientos en distintas áreas de nuestra vida, ESCUCHATE, sé paciente y cuida las palabras que te dices, la autoexigencia puede ser el detonante de muchas verbalizaciones de autocrítica por no lograr lo que se ha planteado.
Considera que en algún momento recibirás críticas de terceros, lo importante es no “quedarte atorado” en esas críticas, intenta rescatar lo positivo (si lo hay) y trata de no darle tantas vueltas.
Reaprende la perceptión de ERROR, como una experiencia de aprendizaje, esto puede ser de gran ayuda para prevenir y corregir comportamientos, que de otra manera no tendríamos en cuenta.
¿Y qué puedo decirme (en lugar de autocriticarme)?
Lo ideal es que tu generes frases y palabras que sean afines a ti, que formen parte de tu estilo, pero para empezar te comparto algunos ejemplos que pueden serte de ayuda para tolerar el malestar emocional ante las equivocaciones que puedas cometer:
- – “El error es parte de la experiencia”.
- – “¿Qué aprendizajes y compromisos obtengo de esta experiencia?”
- – “Lo estoy intentando y aprendiendo de la experiencia”.
- – “Esta equivocación me ha traído un nuevo aprendizaje”.