Seguramente has escuchado que asistir a terapia tiene múltiples beneficios, que te pueden ayudar a “sentirte mejor” o “solucionar cosas” y en parte todo esto es cierto, pero además pueden surgir otras preguntas.

 

¿Cuándo necesito ir a terapia? ¿Existe alguna señal de alarma? ¿sólo se acude cuando me encuentro mal o puede ser para algo más?

 

Me gustaría compartirte algunas ideas de los motivos que nos pueden llevar a tomar la decisión de iniciar un proceso de terapia.

 

Aclarando que son muchas las razones por las que nos podemos sentir motivados a hacerlo y que hay ocasiones en las que puede ser difícil identificar que necesitamos alguna ayuda.

 

Sin duda,  para todos nosotros habrá momentos en que podremos solucionar nuestros problemas solos y llamar al especialista no será necesario; sin embargo, en ocasiones el sufrimiento, la ansiedad o el agobio llegan a ser tan intensos que nos provocan un gran malestar y  mantener un buen estado mental y emocional no es posible y por consecuencia nuestro funcionamiento se ve afectado.

 

Esta puede ser la primera señal de que es necesario acudir con un profesional de la salud mental – un psicólogo clínico-,  cuando nos percatamos que aquello que estamos viviendo ya no nos es posible resolverlo por nosotros mismos, nos comienza a “sobrepasar” y comienza a afectar nuestro ritmo de vida y a generar malestar o sufrimiento.

 

Cuando inicias un proceso de terapia con un profesional calificado y capacitado para ello, es posible que recibas la ayuda o apoyo específico y enfocado a tus necesidades, también te permite identificar el origen del problema y aprender herramientas que durante el proceso vas a aprendiendo y que hacen posible  afrontar de mejor manera  el problema y  disminuir el malestar que te está impidiendo seguir en este momento.

 

Entonces, ¿sólo puedo asistir cuando me estoy sintiendo muy mal o tengo algún “problema grave”?

El psicoterapeuta es un profesional que cuenta con una formación y herramientas  -idealmente basada en evidencia científica- que te ayudarán a resolver aquello por lo que estés pasando, sin necesidad de que sea algo realmente grave.

 

Muchas de las situaciones que atendemos los Psicólogos no son graves, sino situaciones cotidianas, problemáticas específicas o emociones intensas que de alguna manera las personas han aprendido a funcionar con ellas, pero que tienen un costo y  las personas deciden que no quieren vivir con esto porque vale la pena aprender a afrontarlas o sobrellevarlas mejor, y para ello no hay mejor estrategia que un proceso terapéutico.

 

Te comparto algunas de las razones por las que podemos acudir a terapia:

 

  • Problemas familiares, de comunicación o con la pareja.

 

  • Mejorar en tus relaciones personales, laborales o personales también es un buen motivo para acudir a terapia, en busca del crecimiento personal, y obtener herramientas para conseguirlo.

 

  • Cuando existe un profundo dolor que no sabemos cómo superar, si la emoción de tristeza es tan fuerte que cada vez es más difícil estar con ella, y se llega a transformar en un momento negativo que es difícil, algunos ejemplos pueden ser la perdida de algún ser querido o una ruptura amorosa.

 

  • Experimentar angustia, insomnio, agotamiento y pensamientos obsesivos.  Por ejemplo estar preocupado todo el tiempo por alguna situación en particular puede generar angustia que algo malo pueda ocurrir en algún momento o en ocasiones también puede ocurrir que experimentamos estos síntomas sin un motivo aparente.

 

  • Buscar un cambio en nuestra vida, fijar objetivos, hábitos nuevos o erradicar viejos, sin embargo, a pesar de intentarlo, llega a ser muy complicado y nos frustra el no saber por dónde empezar.

 

  • Experimentar la pérdida de control de nuestras emociones ante factores externos o internos y no saber cómo regresar a la calma para resolver de forma efectiva.

 

  • Experimentar síntomas físicos, como dolores de cabeza, estómago o enfermarnos contantemente sin una explicación médica, puede ser esa señal de nuestro cuerpo de que algo no está yendo bien y estemos experimentando este tipo de malestares, por causas emocionales.

 

Además de estas razones que comparto ahora, hay un sinfín de motivos por los cuáles podemos comenzar un proceso de psicoterapia, pues trae consigo beneficios en nuestro día a día que son aplicables, tengamos o no alguna de las situaciones antes mencionadas.

 

 

Si consideras que estas pasando por alguna de ellas, me gustaría invitarte a que te preguntes si lo que estás viviendo está siendo viable resolver por ti mismo, si la respuesta es negativa puedes considerar la posibilidad de buscar el apoyo de un profesional de la salud mental que te ayude con tu proceso y acercarte a la vida que quieres vivir.

 

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Psic. Sofía Vélez

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