Cuando la mayoría de estudiantes de licenciatura en psicología son cuestionados del ¿por qué han elegido esta profesión? Responden “quiero ayudar a los demás a sentirse mejor emocionalmente” Esta ha sido la motivación más frecuente por lo que muchos hemos decidido dedicar nuestra vida en pro de las personas con algún problema emocional, pero, ¿cómo podemos hacer para que esto sea real y que nuestras intervenciones sean más efectivas y verdaderamente ayuden a nuestros pacientes?
Actualmente existen una gran cantidad de propuestas para los psicólogos recién egresados de la licenciatura, desde cursos de actualización, diplomados o posgrados de diferentes enfoques psicoterapéuticos, el problema es que la elección se hace con varios posibles sesgos como: la afinidad, el desconocimiento de opciones, el enfoque del profesor favorito quien practica ese tipo de terapia, o porque es lo que muchos están hablando.
Ahora ¿cómo podemos incrementar la probabilidad de hacer una buena elección? la mejor respuesta es elegir terapias basadas en evidencia- Imagina lo siguiente: ¿irías a un dentista que te proponga un tratamiento que más o menos funciona o preferirías un tratamiento que ha demostrado ser efectivo para el tipo de problema que tú tienes? Obviamente la respuesta es lo que sea más efectivo, nadie quiere arriesgar su salud ni invertir su tiempo, esfuerzo y dinero en algo que no está fundamentado y comprobado.
Entonces, ¿qué es lo más indicado para poder hacer una práctica psicoterapéutica más efectiva? Mi propuesta es:
- Actualízate de manera constante busca cursos que desarrollen tus habilidades y que sean profesionalizantes
- Pon atención a tu autocuidado (higiene del sueño, alimentación, etc.)
- Vive un proceso psicoterapéutico
- Reconoce tus límites personales como terapeuta, en cuanto a tu propia historia o diagnósticos de los pacientes
- Apégate a la ética
- Desarrolla estrategias de entrevista, evaluación, diagnostico e intervención.
- Acompaña tus casos con un buen supervisor, entre otros.
Ayudar a otra persona es una meta que muchas veces implica invertir mucho tiempo para analizar, planificar e intentar intervenciones que varias veces fracasan, eso es sumamente frustrante, pues nuestra verdadera intención es que el paciente avance, se sienta mejor, es por ello que no nos cruzamos de brazos y buscamos opciones por nosotros mismos, con colegas o en instituciones.
El aprender a hacer psicoterapia es un proceso constante, ya sea que estemos iniciando en esta hermosa practica o llevemos años de experiencia, desde mi punto de vista lo más importante es estar abierto a tener mente de principiante y aceptar recibir conocimientos de cada persona con la que interactuamos, sea maestro, colega o paciente.