No sé ustedes, pero a mí me encanta la atmósfera de estos días: personas, instituciones, empresas, familias, parejas apoyando a las mujeres, demostrando la importancia que tenemos en sus vidas y en el funcionamiento de la sociedad en todos los sentidos, mujeres empoderadas (en el mejor sentido de la palabra), seguras de su valor, valientes, sabedoras de un lugar, de respeto, de lo indispensables que son en cada cosa que hacen, sin duda alguna el ambiente deseable para todos los días: respeto absoluto a nuestras personas en todos los sentidos.


Sin embargo, me surgen las preguntas ¿qué pasa con todo esto después del 8 de marzo? Pareciera cosa de un día, y que al siguiente se desvanece y se vuelve a «olvidar», es por eso que quise escribir este blog, porque me he quedado pensando en cómo podemos prolongar y afianzar ese efecto, que sería deseable que quedara en la sociedad pero que también podemos trabajarlo en lo individual, y eso es tarea de cada una de nosotras.

 

Si bien es cierto que vivimos (desafortunadamente) en una sociedad machista, que con mucha frecuencia intenta invalidarnos, minimizarnos, menospreciarnos y (literalmente) desaparecernos, en muchas ocasiones las primeras que hacemos eso somos nosotras mismas; claro que esto no ocurre de manera deliberada, hemos aprendido, a lo largo de nuestra vida, con múltiples experiencias a hacerlo.


Piensa un poco y bien honestamente ¿de qué maneras (aún sin quererlo) tu misma te menosprecias e invalidas?, es una pregunta dura, que seguramente generará enojo en más de una que diga “¿yo? ¡Claro que no!”, sin embargo, ¿cuantas veces te dices “palabras duras” a ti misma (tonta, no sirves para nada, nada te sale bien, ¿ves lo que te pasa por p*n*d*j*?¨), si no lo haces ¡FELICIDADES!, desafortunadamente es algo que muy comúnmente hacemos la mayoría de nosotras.


Ahora, ¿Cuando tienes un logro, lo dices abiertamente a los demás, o lo minimizas/callas no vaya a ser que te oigas muy soberbia? ¿Te dedicas tiempo para hacer tus cosas sin culpa? ¿Hablas de lo que sientes, piensas, crees, te gusta?, y ojo, esto no es una acusación, muchísimo menos un juicio, tendría que tirarme la primera piedra a mí misma, la intención es que juntas reflexionemos acerca de qué podemos hacer para darnos a nosotras mismas (en la medida de lo posible) lo que no podemos controlar que la sociedad nos de: VALIDACIÓN, CUIDADOS, RESPETO, DEFENSA DE NUESTROS DERECHOS, RECONOCIMIENTO DE NUESTROS ROLES Y LOGROS, esas son cosas que con toda certeza puedo decir que podemos aprender a darnos a nosotras mismas y a nuestras niñas, para que para ellas sea lo más natural desde ahora. 


¿Cómo? si como mencionaba antes, nadie nunca nos lo enseñó (tremenda tarea tenemos en enseñárselo a nuestras niñas y niños), he pensado en algunas ideas que puedes adecuar a lo que te funcione o tal vez lo que propongo no, pero siempre puedes hacer esas cosas que se te ocurran y puedan ayudar, ¡sé creativa!, pregúntate qué te sirve, qué necesitas y qué SI puedes hacer:

  1. Dedica cada día, aunque sea unos minutos, a alguna actividad que sea exclusivamente para ti.
  2. Pide ayuda, intenta dejar de ser “todologa”, por lo general a los demás no les molesta colaborar con las responsabilidades o ayudarte (esta es una creencia común que por lo general no es verdadera).
  3. Habla de ti, de tus actividades, de lo que te gusta, de tus logros, de tu esfuerzo en cada cosa que haces, sea cual sea, ninguna es menos importante, si trabajas en casa o fuera de ella, ¡o en las dos!, todo lo que haces es fundamental para que la familia y la sociedad funcionen.
  4. Siempre que puedas, evita “recibir pasivamente” comentarios “negativos” o “denigrantes”, expresa tu indignación cuando algún machista ignorante diga algo como “que cuando quiera saber de consejos de cocina, te pregunta”, cuando esto pase (tristemente no podemos evitar encontrarnos a unos cuantos de estos), puedes decirle que te molesta, defenderte o simplemente no quedarte a escuchar más.
  5. Delega también a los hombres actividades de la casa.
  6. Realiza las actividades que quieras (y permite a tus niñas y niños hacerlo) bailar ballet, karate, saber de mecánica o tejer, no son actividades “de hombres o de mujeres”, son actividades que alguien puede o no disfrutar.
  7. Todos los días elógiate por algo que eres o hiciste y te gustó.
  8. Permítete sentir emociones y expresarlas ASERTIVAMENTE, no te avergüences de ellas, VALIDALAS, lejos de lo que muchos ignorantes opinan eso no te hace una “histérica, menopáusica u hormonal”, expresar asertivamente sus emociones es un derecho de todo ser humano y qué importante enseñarlo a nuestros niños y niñas, para que dejen de ser “acumuladores de emociones” que sólo manifiestan a través del enojo y la agresión.
  9. Si estas en una situación de peligro, olvida el “qué dirán”, es el acosador, el agresor quien está cometiendo el error; grita, platícalo, pon una demanda, alíate con otras, has lo que necesites hacer para estar a salvo, no para “ser buena”, te preferimos VIVA y SANA.
  10. Reconoce ante ti misma tu valor, no necesitas hacer nada, eres valiosa por SER, mereces respeto, amor, justicia, protección, apoyo, tener un lugar, ser vista, y la primera que necesita tenerlo claro, eres tú.
  11. Como siempre sugiero, si esto se te dificulta, si te sobrepasa, si tu contexto lo hace imposible, si estás en una situación “sin salida”, si te sientes sola, si no sabes qué hacer, PIDE AYUDA PROFESIONAL, inicia un proceso psicoterapéutico en el que puedas encontrar la forma de salir adelante de esa situación.

Mtra. Laura Gómez-Llanos

Psicoterapeuta Cognitivo Conductual

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