Instituto Jalisciense de Psicoterapia Cognitivo Conductual
Hoy quiero hacer llegar estas letras a todas aquellas parejas que no han podido convertirse en mamás y papás de manera biológica. Esas parejas que tras intentos naturales y/o asistidos viven la frustración constante de no lograr un embarazo, aquéllos que son cuestionados – “ ¿Y ustedes para cuándo?”- y tienen que contestar con una mezcla de dolor y esperanza: “esperamos que pronto”.
El duelo es definido como la reacción normal y adaptativa que le sigue a cualquier tipo de pérdida; pero en este duelo muchas veces, no hay pérdidas, no tiene que ver con la muerte, sino con la dificultad para cumplir un sueño, una expectativa, un ideal: tener un hijo.
Por lo tanto, este es uno de los duelos ocultos, de los cuales también es muy importante hablar, y en bastantes casos, acompañar desde un proceso terapéutico con profunda validación.
Se ha observado que el duelo en estos casos pasa por varios momentos:
Este duelo es real: Que no se nombre, no quiere decir que no exista. Es necesario que se hable de esto y se busque la ayuda que haga que se sientan cómodos con el camino a recorrer.
No hay que minimizar este dolor o tratar de convencerlos de que “la vida es mejor sin hijos”, estas personas ven frustrados muchos sueños y a su ritmo, vivirán el proceso de intentos y tratamientos, o la aceptación de seguir su vida, sin hijos.
“Conozco esas lágrimas que no caen y se consumen en los ojos, conozco ese dolor feliz, esa especie de felicidad dolorosa,
ese ser y no ser, ese tener y no tener, ese querer y no poder”.
José Saramago