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¿Es difícil meditar?

¿Alguna vez has hecho algún ejercicio de meditación para sentirte más “tranquilx”? ¿Cómo te fue?, ¿ayudó a disminuir la inquietud o estrés que experimentabas?

Por lo general, cuando nos acercamos a la meditación, solemos tener la intención que de  sentirnos mejor del “ruido” y malestar que experimentamos día a día en diferentes contextos: en el trabajo,  en casa,  con tus hijos, con tu pareja, en un día caluroso o estar atorados en el tráfico.

La intención es buena y la herramienta también, pero ¿qué tal si la meditación no tenga resultados inmediatos? ¿y si no logras relajarte las primeras veces?, ¡espera!  No lo abandones, la meditación puede darte muchísimos beneficios más, pero es poco realista esperar  resultados inmediatos en todos los casos, entonces ¿para qué hacerlo?

Para llegar a ese punto, necesitamos hablar  un poco de la base que sostiene a gran parte de las meditaciones, la cual llamaremos “Mindfulness”.

Mindfulness o “Atención Plena en el Presente” es una habilidad que nosotros como seres humanos podemos desarrollar a través de la meditación.

Y el estar “presente” o en una postura “mindful” tiene que ver con el cómo estamos manejando y dirigiendo nuestra atención, podemos dirigirla hacia lo que nos motiva, nos impulsa o lo que realmente queremos en nuestra vida. O podemos centrarla en nuestras emociones, pensamientos, recuerdos o sensaciones “desagradables” y cómo librarnos de ello, lo que casi siempre genera un aumento en la intensidad de las emociones, que hace que demos vueltas a cómo eliminarlas, causando un efecto “bola de nieve”.

Puedes elegir hacia donde diriges tu atención, al principio requiere esfuerzo, pero te compartiré algunas ideas que pueden ayudarte a ir entrenando el dirigir tu atención lo que es valioso para ti.

1.- La naturaleza de la mente:

Que vive continuamente en una “danza pasado-futuro”, es decir, nuestra mente puede irse a cosas que te pasaron ayer, hace unos días o incluso hace ya algunos años o también se adelantará a lo que “podría” pasar mañana, en unos días o unos años, y este “baile de la mente”, aunque es muy común, cuando es constante nos «enreda» y genera desgaste, porque dejamos de prestar atención a que está pasando y nos gustaría vivir.

2.- Mindfulness puede aprenderse de dos maneras:

– De manera “formal”, integrando una serie de pasos para su ejecución, los cuales pueden incluir:

Postura

  • Lugar cerrado o con poco ruido
  • Clima preferentemente frío o no tan cálido
  • Algún difusor con aceites esenciales

– De manera informal, de la cual hablaremos acá. Se le llama «informal» porque a diferencia de la manera “formal” de entrenarnos en mindfulness, aquí no es necesario seguir los pasos que te compartía renglones atrás, en este tipo de práctica sólo vamos a involucrarnos en lo que está pasando en el momento presente contactando con nuestros sentidos (gusto, tacto, olfato),  por ejemplo:

  • Notar el sabor de la pasta de dientes al cepillarte.
  • Percibir la temperatura del agua cuando te bañas.
  • Poner atención al sabor de tu comida: salado, picoso, dulce, identificar un sabor en particular.
  • Percibir la temperatura del aire que está entrando o saliendo por tu nariz.
  • Notar el “petricor”, o sea, olor de la tierra mojada después de la lluvia.

Estos ejercicios sencillos pueden ayudarte a llevar atención a lo que está pasando en un momento en particular, poner la mente en el presente, estar ahí y notar lo que pasa a tu alrededor y lo que pasa contigo (pensamientos, emociones, sensaciones, etc.), dejando que estén ahí, sin emitir juicios al respeto, centrando tu atención momento a momento y tomando la decisión de qué y hacia donde quieres dirigir tu conducta.

Algunas otras prácticas que te recomiendo comenzar a integrar a tu día a día son:

  • Describir el sabor de la comida que estés consumiendo.
  • Notar la temperatura del clima.
  • Sentir cómo es la ropa que traes puesta (suave, áspera).
  • Observar los detalles en los árboles, edificios, el cielo o el lugar donde te encuentres, como tamaño, forma, color, textura (si se puede tocar, claro)

Con la práctica constante, te darás cuenta que desarrollas la habilidad de estar más “fuera” que “dentro” de tu mente y mucho más involucradx con tus conductas y tu vida, en definitiva, más presente.

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Psic. Jesús Briseño

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Mindfulness para cuarentena

Si no puedes salir, ve adentro.

Anónimo

De pronto nos encontramos con la pausa que en momentos de estrés buscábamos, “si tan solo pudiera pasar más tiempo en mi casa, estar con mis hijos, con mi familia, viviría con mayor tranquilidad y felicidad”. Ahora que está sucediendo debido a la necesidad de distanciamiento social para evitar la propagación del COVID-19; resulta que no sabemos que hacer estando en casa, que la convivencia se torna difícil, que empiezan a aparecer emociones complejas de manejar. Por este motivo, es importante que en estos momentos prestemos atención a lo de adentro, a lo que pensamos, a lo que sentimos. Si no lo atendemos, nuestras conductas en el aislamiento pueden no ser las más saludables.

Es esperado que en estos momentos surjan una serie de pensamientos relacionados con la incertidumbre de lo que viene, de si estamos preparados para hacerle frente a la crisis y con dichos pensamientos sentimos ansiedad, desesperación, tristeza, enojo. Por ello me gustaría recomendarte unos sencillos ejercicios de mindfulness que te pueden ayudar a lidiar mejor con lo que está ocurriendo.

¿QUÉ ES MINDFULNESS?

Mindfulness o Atención Plena es prestar atención al momento presente con apertura, aceptación y sin juzgar. Es una habilidad que cualquier persona puede entrenar y que ha demostrado múltiples beneficios, entre los que podemos encontrar los siguientes: disminuye el estrés, previene recaídas en episodios depresivos, reduce el comportamiento adictivo, ayuda a mejorar la calidad de sueño, aliviar el dolor crónico, regula la presión arterial, fortalece el sistema inmune, mejora la memoria de trabajo, la concentración, la creatividad, la resistencia y la capacidad de recuperación. Con esto, podemos darnos cuenta de que nos ayuda a mejorar nuestra calidad de vida en general.

¿CÓMO EMPIEZO A PRACTICARLO?

Los ejercicios prácticos que te recomiendo pertenecen a lo que se ha llamado “practica informal de Mindfulness” la cual nos permite de manera sencilla pero efectiva, conectar con el momento presente.

1. Atención a la respiración. Una buena forma de empezar es prestando atención a tu respiración, nota como el aire entra y sale de tu cuerpo, acompaña a tu respiración durante su completa duración, observando los movimientos y sensaciones que conlleva.

2. Lávate las manos con atención plena. Desde que empezó a propagarse el COVID-19 se nos ha indicado el lavado de manos frecuente, por tanto, aquí tenemos una actividad a la que podemos dedicar nuestra atención plena con casi todos nuestros sentidos. Observa el agua que cae en tus manos, nota el aroma del jabón, escucha los sonidos al enjabonar tus manos y el agua cayendo, siente la textura del jabón y la temperatura del agua. Si tu mente se distrae, llévala de vuelta a alguna de las sensaciones que puedas detectar con tus sentidos.

3. Nota tus pensamientos. Si de pronto te das cuenta que estás metido en una serie de pensamientos relacionados con la epidemia, obsérvalos y di – “El pensamiento de que todo irá mal, ha llegado a mí”. Esto te permitirá responder mejor ante él y no dejarte arrastrar.

4. Desconectarse para conectar. Elige un momento de tu día para desconectarte por 30 minutos de cualquier dispositivo electrónico y conéctate con quienes estás físicamente. Obsérvalo, date tiempo de escucharle, de hablarle y de compartir con atención plena. Si te encuentras solo, dedica estos 30 minutos a una actividad que te conecte con una sensación de bienestar, puede ser hacer ejercicio, tejer, cocinar; todo esto con atención plena, conectado al momento presente.

5. Sé amable contigo mismo, estás haciendo lo mejor que puedes. La situación que estamos viviendo ha cambiado la vida tal y como la conocíamos, así que es hora de aprender la práctica de la amabilidad; los juicios sobre ti y los demás pueden complicar la situación y distanciarnos. La compasión y amabilidad es un antídoto para el malestar emocional.

Si te interesa conocer y llevar a cabo practicas formales de Mindfulness, haz clic en esta liga o revisa las apps disponibles para tu smartphone, varias de ellas están siendo gratuitas debido a la situación actual. 

Para concluir me gustaría recordarte que nada es permanente, que estamos diseñados para adaptarnos y que esto también pasará.

 

Mtra. Mónica García

Psicoterapeuta Cognitivo-Conductual