A veces como papás podemos sentimos culpables cuando nuestro hijo o hija muestra situaciones complicadas, reconocer que necesita ayuda “externa” en lugar de la nuestra puede ser difícil, decidir iniciar un proceso terapéutico y “exponernos” a la opinión, estrategias y sugerencias de otro puede causar cierto desánimo o recelo.
Con frecuencia ocurre que cuando llegan a consulta, muchos padres “sienten” que el o la terapeuta les está juzgando por “hacer las cosas mal” como padres; la realidad es que esto no necesariamente es cierto, máxime en situaciones en las que lo más sabio y amoroso que podemos hacer por ellos es reconocer que la situación que nos llevó ahí “se está saliendo de las manos”, y después de intentar múltiples estrategias, no sabemos qué hacer.
Y acá la pregunta interesante, una vez estando en el acompañamiento con un o una profesional con la capacidad para orientarnos, asesorarnos y acompañarnos, ¿qué puedo hacer yo como papá o mamá para apoyar a mi hijo o hija en su proceso terapéutico?
Antes de contestar esta pregunta hay que recordar que Papá y Mamá son insustituibles e irremplazables y por eso el éxito de la terapia para tu hijo o hija dependerá muchísimo de cuánto te involucres activamente en él en este momento en que tu hija/hijo necesita más que nunca de tu apoyo.
Teniendo esto en consideración, te dejo acá algunas sugerencias que puedes hacer para involucrarte y apoyar a tu hija/hijo:
- Escucha activamente y sin juzgar a tu hijo/hija.
- Valida sus emociones (permitir que se sienta como se siente, sin anular o querer cambiar cuando tiene una emoción “negativa” o hacer que se sienta siempre “bien”).
- Sé paciente, es natural que quieras ver resultados rápidamente, pero la terapia es un proceso, pretender acelerarlo mete presión en todos los que están involucrados (tu hija/hijo, su terapeuta, y tú mismo/a) y por lo general no funciona, el proceso durará lo que tenga que durar.
- Sé lo que eres: el/la protagonista en la red de apoyo de tu hijo/hija.
- Trabaja en mejorar la comunicación con tu hija/hijo, una forma de hacerlo es dejarlo que hable de lo que le interesa o lo que quiere platicarte, evitando regañarla en un primer momento (primero escucha toda la historia, después podrás orientar).
Y ahora, lo que NO hay que hacer para favorecer el proceso y apoyar:
- Presionar, controlar y acelerar para que mejore a “tu ritmo”.
- Hacer a tu hijo/hija totalmente responsable de la problemática por la que acuden a consulta.
- Considerar al terapeuta como un enemigo, en lugar de un aliado.
Recuerda que habrá ocasiones en las que como papá o mamá puedes equivocarte, es totalmente normal que pase y ocurre a todos, porque NADIE lo hace perfecto. Lo importante es hacer lo necesario para generar cambios que como familia les funcionen y restaurar o evolucionar en que en su momento se deterioró.
Estoy segura que haces lo mejor que puedes con los recursos con los que en este momento cuentas, al tomar la responsabilidad de trabajar en equipo con un/una terapeuta le das a tu familia la oportunidad de aprender y crecer juntos.