Los rituales marcan puntos de inflexión, transiciones importantes y significativas en nuestra experiencia vital; incluso antes del nacimiento, baby showers o las modernas revelaciones de género, fiestas de cumpleaños, graduaciones, matrimonios, ceremonias de reconocimiento por años de trabajo y la jubilación laboral.

En el caso de los rituales relacionados con la muerte, hay un desarrollo según el contexto. Hay algunas pérdidas en las que se vuelve difícil o invalidado hacer un ritual. 

Por ejemplo, realizar eventos religiosos en conmemoración de quienes se suicidaron o murieron a causa de enfermedades estigmatizantes como el SIDA; o la pandemia de COVID-19 que nos impidió realizar los rituales que comúnmente hacíamos.

Cuando ocurren pérdidas gestacionales, sobre todo durante las primeras semanas, se desestima que sea importante realizar una ceremonia o ritual (puedes leer un blog al respecto https://ijpcc.com/como-vivir-la-maternidad-en-un-duelo-gestacional-o-perinatal/ ; tampoco hay un evento público para iniciar el proceso de duelo después de la pérdida de un trabajo.

 

Bronna Romanoff y Marion Terenzio definen el ritual como una herramienta cultural que proporciona un modelo del ciclo de vida que puede ayudarnos a adaptarnos al caos emocional y crear un orden simbólico para los eventos vitales, mientras nos permite crear un significado compartido. 

Me gustaría mencionar algunos procesos que se pueden lograr con los rituales: 

 

  • Reconocer la realidad de la pérdida. En el modelo de duelo de William Worden, esta es la primera misión. Los funerales permiten reconocer públicamente la realidad de la pérdida. Como en todo proceso de duelo, nada está establecido como exigencia, por lo que un funeral es una de las oportunidades para comenzar a despedirnos de nuestro ser querido.

 

  • Abrir espacio para el dolor: Durante una ceremonia fúnebre, a menudo se manifiestan emociones fuertes en un ambiente seguro rodeado de personas importantes para el difunto y su familia. Además, hay consuelo y validación mutuos. Los rituales relacionados con la muerte pueden ayudar a regular los altibajos emocionales que se experimentarán a lo largo del duelo.

 

  • Revisar nuestros significados: Después de la muerte de un ser querido, una parte de nosotros también muere. Algunos de los significados y valores de nuestro mundo pueden verse truncados y cuestionados, estaremos en crisis.

      Un funeral, como rito de transición, puede simbolizar el inicio de esta revisión y la renovación de la personalidad para adaptarse a la nueva identidad que se vivirá; ya no seremos quienes éramos antes de la pérdida.

 

Todo lo que nos conmueve y nos transforma se queda con nosotros.

– Robert A. Neimeyer

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Mtra. Mónica García

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