¿Amas a los animales? ¿Tienes algunos en este momento viviendo junto contigo? ¿No eres tan afín a ellos?
¿Te gustan los perros?
Puedo decirte que yo soy un amante de los animales, en especial de los perros, creo que el perro es uno de mis animales favoritos…. he podido encontrar en ellos el valor del amor y la nobleza incondicional.
En estos últimos años he podido ser testigo del cuidado que se ha ido teniendo por ellos, así como de la enorme búsqueda que existe de poder tener a un fiel compañero peludo en casa, aunque, para serte sincero, aún faltan ciertas pautas para mejorar el trato que hay hacia ellos, así como proteger y pelear por sus derechos.
Al hablar del afecto y cariño que podemos llegar a tener con ellos, es inevitable no hablar del “vínculo” que establecemos con nuestros peludos.
Y el vínculo, en términos generales, es este lazo que desarrollamos con las personas y animales que nos rodean mediante el contacto físico, los abrazos, besos, tiempo y energía que dedicamos a estar con ese ser que amamos.
El vínculo se construye a través del tiempo y el espacio, no olvides esta palabra que será clave más adelante.
Al hablar de vínculo necesitamos conocer y saber también sobre la “perdida” que es, en términos simples, la ausencia física o emocional de ese alguien o de ese algo especial en nuestra vida.
Así que, cómo puedes imaginar, en algún momento de nuestra vida, llegará el momento de decir adiós a ese fiel compañero peludo.
Y se el dolor que ello puede generar, ya que hace no mucho perdí a mi compañera peluda de vida, Becky.
Es por ella que decidí hablarte de cómo podemos transitar este dolor, pero también para decirte que tú dolor importa, deseo puedas sentirte acompañado y validado, ya que tristemente existe alrededor de este duelo mucho desconocimiento, indiferencia e incluso es invisibilizado.
“No seas exagerado” “era solo un animal” “puedes adoptar otro” son algunas de las frases que podemos escuchar de las personas que más amamos, sean amigos, familiares o nuestras parejas.
Y aunque vienen de una buena intención, el dolor que nos generan puede ser insoportable.
Creo que una parte importante es reconocer que no hemos podido recibir formación para entender el proceso por el que tendremos que pasar al despedirnos de alguien a quien amamos, qué emociones vamos a sentir, que funciones tienen y cómo podemos gestionarlo y las pautas de acción que nos ayuden a sobrellevarlo.
Así que es válido que no sepas muy bien que hacer con lo que estás sintiendo.
Quiero contarte que, como en todo duelo, no existe una fórmula mágica que funcione con todos, o que sea rápida o lenta.
Cada uno necesitamos tiempos, espacios y herramientas distintas.
Así que una de las primeras cosas que te animo a conectar es con tu auto cuidado.
Cuando recién perdemos a nuestros amigos peludos, solemos descuidar áreas tan importantes en nuestra vida como lo es el aseo personal, la alimentación y algún tipo de ejercicio o hobby.
Al desconectarnos de esto, solemos ser más vulnerables ante las cosas que nos lleven a traer a la mente a nuestro amigo.
Lo segundo es que puedas hacer un diario de tus emociones, que puedas ir registrando cómo es que te sientes y que cosas te podrían hacer sentir un poco más de estabilidad y equilibrio ante el caos del duelo. Al hacerlo, nos damos el espacio de reconocer y validar lo que sucede dentro de nosotros, y por tanto, le damos importancia.
Lo tercero sería poder estar más que nunca, conectado con tu red de apoyo (familiares, amigos o algún profesional de la salud) ya que no necesitas atravesar esto solo/a.
Lo cuarto es que puedas crear ya sea un álbum, collage o gráfico donde puedas plasmar todos los momentos que viviste junto a tu Peludito, ya que al verlos, podrás conectar de vuelta con todas esas tardes de sol, esas idas al parque o al veterinario. Es crear un espacio donde tu amigo siga estando presente.
Lo quinto es que puedas, si lo deseas, expresarle a tu amigo a través de un escrito, un diálogo o simplemente meditando, lo que el/ella significa para ti, que puedas conectar con todas esas cosas que los unieron, que los hicieron ser los mejores amigos, y que puedas transformarlas en acciones que puedan honrar ese legado que el/ella dejó en ti, ya que no muere lo que no olvidamos.
Sabes algo, suelo decirles a mis consultantes en duelo que cuando sientes el dolor por la ausencia de ese ser que tanto aman, es una señal del amor que siguen teniendo, del vínculo que se formó y que siempre existe en cada recuerdo, espacio y lugar que se compartió.
Te abrazo grande si estás pasando por una perdida, puedo entenderte….
También mi deseo es que en este escrito puedas encontrar una pequeña luz de esperanza en medio de la oscuridad de la pérdida, no estás solo/a.
Psic. Jesús Briseño
Terapeuta contextual especialista en Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)