En días como hoy, que se celebra el Día del Padre, vale la pena detenernos y reflexionar un poco acerca de la enorme labor que implica portar ese título, para quienes lo asumimos activamente y con responsabilidad; lo cual a veces implica que sintamos que estamos en deuda con nosotros mismos al convertirnos en Padres.

Para explicar un poco esto, les comparto que además de las necesidades “basicas” que los Padres deben cumplir como  un sano desarrollo físico, seguridad, vestimenta, cuidado de la salud, cambio de pañales, desvelos, paseos nocturnos a los servicios de urgencias, la alimentación, los viajes, los regalos, la educación formal, etc.

Algunos modelos del desarrollo  y comportamiento humano plantean que tenemos 5 necesidades emocionales, las cuales también se consideran básicas: conexión y aceptación, autonomía, competencia y sentido de identidad, libre expresión de emociones, espontaneidad y juego, y límites realistas – autocontrol, las cuales al ser “cubiertas” permiten un desarrollo saludable a nivel mental y emocional.

Como seguramente lo sabes, es todo un reto atender de manera “suficiente” estas necesidades, pues a  los Padres,ser «cabeza de familia»nos implica bastantes circunstancias y cosas por resolver que, con frecuencia, nos terminan empujando a “olvidar” que  estas necesidades emocionales existen.

La  crianza implica una lista bastante larga de destrezas y habilidades a enseñar (que irá aumentando a lo largo de los años) por lo que vale la pena celebrar y aplaudir los esfuerzos que los Padres hacemos todos los días, en el ejercicio de una paternidad activa y responsble pues invertimos nuestro tiempo en ello, al elegir salir a trabajar, privarnos de objetos, experiencias y de algunos aspectos de  nosotros mismos para poder brindar un espacio sano, amoroso, seguro y cargado de todos los elementos posibles para el crecimiento de nuestros Hijos, lo cual también es un modelo para los futuros padres y madres.

La Terapia de Aceptación y Compromiso busca que uno se convierta en su mejor versión, la más sana, la que deje una huella de mayor peso en el mundo, los hijos son como moldes bastante tiernos en donde esas huellas van a dejarles nuestro rastro por este mundo, y días como hoy considero que sirven para voltear a ver el panorama completo de aquellos que dejan esas huellas alguna vez fueron niños, jóvenes y adultos que tienen sus propias necesidades a cubrir: el sentirse conectado y amado, pero también competente y único, que su sentir sea visible ante el mundo, el poder jugar y divertirse, así como regularse y marcarse reglas y autocontrol.

Sin embargo, como es bien sabido, socialmente a los hombres se le sanciona el “necesitar” conectarse y darle lugar a su sentir en el mundo. Por todos aquellos miedos que se tuvieron que enfrentar de manera silenciosa y devota, aquellas tristezas y penas que tuvieron que ser pausadas u omitidas, las guerras con nuestros demonios, buscando evitar que lleguen a colarse en sus hijos, los proyectos personales que quedaron en un baúl de recuerdos y anhelos, el tiempo lejos mientras se busca traer el pan a la mesa.

 

Y a pesar de todo lo que se puede experimentar e incluso perder en el camino, el Día del Padre es un día para celebrar cómo hacemos todo para que nuestra existencia quede justificada al ver esos únicos o muchos pares de ojos que nos buscan al llegar a casa y gritar: ¡Papá!

Y sobre todo el reconocimiento, admiración y agradecimiento especial para quienes a pesar de no venir de hogares tan amorosos o cálidos, eligen romper con el ciclo de sufrimiento al brindar lo que no se tuvo de niño, es uno de los actos más amorosos que pueden existir.

Días como hoy son oportunidades para que el ser Padre, además de ser reconocidos por nuestros seres queridos, sea reconocido y aplaudido POR TI MISMO, y retomar o al menos premiarnos con lo que nos siga ayudando a hacer ese trabajo de la mejor manera posible, sea ropa, una buena comida, un paseo, un recuerdo o una promesa, mientras nos ayude a que papás sanos desarrollen niños sanos

Por todo eso y más todo aquel que porta este título pueda, al menos en días como hoy, recordarse lo importante que es para sus pequeños y la mejor manera es cuidar y cubrir todo aquello que nos ayude a cuidarnos y mantener siempre el temple de seguir con nuestra labor, el privilegio de cuidar, guiar y ser modelo de otro Ser Humano.

Psic. Gerardo Ramírez

Psic. Gerardo Ramírez