El Día de Muertos es una tradición hermosa en México, donde recordamos y honramos a nuestros seres queridos que ya no están. Más allá de ser un momento de nostalgia, también nos brinda una oportunidad para reflexionar sobre el duelo, o la tristeza que sentimos al perder a alguien, desde una perspectiva de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT).
Aceptación: Abrazando el Dolor
En ACT, uno de los conceptos clave es la aceptación. Esto significa que, en lugar de ignorar o tratar de evitar el dolor, se trata de permitirnos sentirlo. En el Día de Muertos, al crear altares, ofrecer comida o contar historias, nos damos un espacio para sentir nuestra tristeza. Recordar a nuestros seres queridos puede doler, pero también es una manera de honrar lo que sentimos. Al aceptar nuestras emociones, comenzamos a sanar poco a poco.
Compromiso: Actuar con el Corazón
Otro principio importante de ACT es el compromiso, que se refiere a actuar de acuerdo con lo que realmente valoramos. Durante el Día de Muertos, al compartir momentos con nuestra familia y amigos, reafirmamos nuestros lazos y nuestras tradiciones. Hacer un altar o participar en la celebración no solo honra a quienes han partido, sino que también nos acerca a quienes están a nuestro lado. Al hacerlo, encontramos un sentido de pertenencia y significado, incluso en medio de la tristeza.
Entendiendo el Duelo
El duelo es diferente para cada persona. En la Terapia de Aceptación y Compromiso, se entiende que está bien sentir una mezcla de emociones. Algunos pueden sentirse muy tristes, mientras que otros pueden encontrar alegría al recordar buenos momentos. Lo importante es permitir que cada emoción tenga su espacio. Al aceptar lo que sentimos, no solo respetamos nuestra propia experiencia, sino también la de quienes nos rodean.
El Día de Muertos es una hermosa oportunidad para reflexionar sobre el duelo y la vida. Al vivir y aceptar nuestras emociones y actuar de acuerdo con nuestros valores, encontramos formas de seguir adelante. Esta celebración no solo nos ayuda a recordar a quienes hemos perdido, sino que también nos invita a vivir plenamente y en conexión con los demás. Con aceptación y compromiso, el Día de Muertos se convierte en un poderoso recordatorio de que el amor y la memoria perduran más allá de la vida.