iStock-905996586

Estar bien requiere un esfuerzo constante

Hay momentos en la vida que nos ponen a prueba, las crisis tienen el potencial de sacar lo peor o lo mejor de nosotros, lo cual sin duda es una elección que cada uno hace; y no sólo estoy hablando de la crisis que actualmente estamos viviendo, estos momentos de prueba son una constante en nuestra vida, hasta en las situaciones más insignificantes y cotidianas puede ser así, y si nos dejamos ir por el “piloto automático” de nuestra mente, nos daremos cuenta de que esos pequeños momentos de “crisis” no necesariamente sacaron lo mejor de nosotros.

Seguramente notas que justo en los momentos en los que necesitas sacar la “artillería pesada de tus conocimientos positivos” (que has adquirido en un proceso terapéutico, en un libro, charla, capacitación o en tu reflexión) no lo logras,  y terminas actuando de la misma manera que si no tuvieras esos “conocimientos”.  Antes de que te regañes es importante que sepas que por alguna razón (que no discutiremos aquí) fuimos diseñados para tender hacia lo negativo: sentimientos, pensamientos, actitudes y conductas; las cuales muchas veces nos salvan la vida, pero también nos la entorpecen enormemente y terminamos autosaboteando nuestros más positivos anhelos y objetivos.

¿Pero por qué alguien en su sano juicio haría algo para  autosabotearse?, muy simple: por aprendizaje.

Todo lo que hacemos, lo hacemos por alguna razón, la cual no siempre es lógica, racional o conviene a nuestros objetivos, pero sin duda existe o existió (aunque en este momento por más que intentemos no sabemos cual puede ser), lo más importante es saber que hemos aprendido y reforzado a lo largo de nuestra vida algo que llamaremos “configuración predeterminada” (el nombre “técnico” es Esquemas) en nuestra mente, que se activa por “default” y nos lleva a funcionar en “loops” o ciclos de respuesta que se repiten una y otra vez, reforzándose cada vez que ocurren.

Es por eso que nos “cachamos” reclamándonos por haber actuado, pensado, sentido de la “misma manera que ya había dicho que no lo iba a hacer”, y que a la siguiente vez que se presenta una situación similar, ¡pum!… lo vuelvo a hacer.

Funcionar en estos ciclos es automático, nos genera un enorme desgaste pero “no nos requiere” esfuerzo, como decía lo hacemos “por default”. Sin embargo,  tendemos a pensar que cuando queremos cambiar todo esto, dicho cambio se dará en automático, y nada más alejado de la realidad.

Y aquí viene el gran descubrimiento: tenemos que “sudar” el bienestar, así es querido lector, si queremos estar bien tenemos que  esforzarnos, los pensamientos, conductas, actitudes y emociones positivas no siempre se dan automáticamente, en muchas ocasiones (por no decir siempre) hemos de hacer un esfuerzo consciente por tenerlas;  lo cual dista mucho de lo que hemos escuchado, aprendido y dado por hecho toda nuestra vida, porque tendemos a “condicionar” el bienestar esperándolo sin hacer nada al respecto (lo cual estaría padrísimo), a veces hasta “romantizándolo” porque “si lo busco, ya no vale”.

No pretendo dar una amplia explicación de lo hasta aquí compartido, pues es sólo una reflexión que hemos tenido muchos de mis pacientes y yo durante las sesiones de psicoterapia, el planteamiento de este blog pretende ser más práctico: si quieres estar bien, esfuérzate por conseguirlo.

No necesariamente es fácil y/o sencillo, pero ayuda mucho  reconocer que tenemos poder y control (hasta cierta medida) en lo que pensamos, sentimos y hacemos, y sobretodo en las decisiones que tomamos, no estoy hablando en un sentido “extremadamente optimista”, ni pretendo que creas que “Tú puedes hacerlo todo” (nadie puede hacerlo todo), lo que quiero decir es que está en ti, tu puedes hacer un esfuerzo, concentrarte y enfocarte en INCREMENTAR LA PROBABILIDAD DE ESTAR Y SENTIRTE BIEN.

¿Qué cosas hay que hacer? ¡Tú dime!, para cada uno es diferente: para algunos implica salir de la cama e ir a hacer un poco de ejercicio; tomar un “tiempo fuera” en lugar de explotar y gritar (cuando se sienten enojados), agendarse tiempo de descanso, ocio y recreación, pedir un abrazo cuando lo necesitan (no entiendo por qué algunos dicen que vale menos), escuchar mis pensamientos de preocupación y verme como la adulta que soy y darles calma, ¡hay miles de opciones!; encuentra las tuyas y empieza por una o dos que te brinden calma, bienestar y felicidad (que no necesariamente son alegría y euforia), sé conciente de que no siempre va a ser fácil, que algunas ocasiones tendrás que hacer un esfuerzo, que tu “piloto automático” saldrá y vas a tener que re-dirigirlo, ¡intentalo!

Muchas veces en el proceso, nos damos cuenta de que no podemos solos, necesitamos el apoyo de alguien más, a veces el hecho de tener este acompañamiento nos compromete al doble, un amigo, tu pareja o un familiar son buenas opciones; si no te funciona como tu necesitas, siempre puedes pedir el apoyo de un psicoterapeuta, es un profesional especialista en acompañar procesos de cambio de conductas, actitudes, pensamientos y creencias, qué mejor si el que elijas utiliza un enfoque basado en evidencia científica (como lo son los modelos cognitivo conductuales y contextuales), sin duda es la mejor inversión y pronto verás que estar bien, aunque te requiera esfuerzo empieza a ser más fácil.

 

Mtra. Laura Gómez-Llanos

Psicoterapeuta Cognitivo-Conductual

Tags: No tags

Comments are closed.