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¿Cómo afrontar la ansiedad?

La pregunta que sirve de título a esta entrada tiene en su segunda palabra (afrontar) la respuesta simple, directa y corta a ¿cómo superar la ansiedad?.

 

Si, aunque parezca como dije antes simple, no hay mejor forma de solucionar una problemática de ansiedad que te esté alejando de las actividades que disfrutas y/o de la vida que realmente te agradaría tener, que estar ahí en las situaciones que te producen la ansiedad.

 

Ahora bien, es muy posible quet tú, estimado lector, cuando vayas a psicoterapia a tratar esta problemática, vayas con la expectativa de que la ansiedad desaparecerá para siempre de tu vida, o buscando la solución mágica para ya no experimentar ansiedad, ya que si es algo que te ha atormentado por un largo periodo de tiempo, es comprensible desear no experimentar nunca más esas sensaciones para así disfrutar nuevamente tu vida, incluso yo, que me dedico a esto, tendría los mismos deseos que tú.

 

Sin embargo, tras llevar algunos procesos terapéuticos, trabajando en lo personal situaciones que me generaron ansiedad y recapitulando las situaciones de mi vida que he tenido después de mis procesos terapéuticos, me encuentro con que la ansiedad persiste (eso sí en una intensidad menor y ya no me frena tanto el hacer las cosas que disfruto y que están encaminadas a mis valores).  Es por esto que comprendí -y me gustaría que tú también lo percibas así- que la ansiedad es una emoción que sentiremos a lo largo de nuestra vida y eventualmente la experimentaremos, pues cumple una función en nuestras vidas, tiene una razón de ser y nuestra labor entonces, no es rehuir de ella, si no el validarla, darle su justo reconocimiento y afrontarla de manera que nos acerquemos a aquello que nos importa.

 

Entonces, si no se puede quitar la ansiedad, ¿qué sentido tiene esta entrada?, ¿por qué habrías que seguir leyendo a un servidor? Pues bueno, porque al igual que te acabo de comentar, he vivido problemas de ansiedad, trataré transmitirte qué definición me ayudó comprender qué es lo que estaba viviendo, para qué nos sirve la ansiedad y sin entrar en un proceso de intervención, te daré algunas recomendaciones que puedes aplicar para hacerle frente a tu ansiedad.

¿Qué es la ansiedad?

Intentaré explicarlo de manera práctica, que nos permita diferenciarla de otra emoción que se le puede confundir, el miedo.

 

Antes que nada, ten claro que todos los seres humanos tenemos la capacidad de sentir emociones, las cuales son reacciones innatas ante determinadas situaciones (por lo tanto tienen un punto de origen) y son breves en su duración (y si, realmente es breve, va de segundos a un par de minutos); lo que nos lleva a decir que la ansiedad es una emoción por lo tanto válida y entendible de experimentar.

 

Como dije previamente, se suele confundir la ansiedad con miedo porque la solemos sentir de manera muy similar en nuestros cuerpos (corazón acelerado, comportamientos enfocados a protegernos, muchos pensamientos que intentan ponernos en alerta) lo que nos lleva a mezclarlo usando palabras como nervios, preocupación, terror, zozobra, inquietud, angustia, intranquilidad etc.

 

Yendo directamente al punto y explicando el para qué sirven estas dos emociones desagradables tenemos que:

 

El miedo es la emoción que brota en nosotros cuando ESTAMOS FRENTE a una situación, una persona, un objeto, un animal, etc. que sabemos nos podrá dañar (física o psicológicamente), lo cual rápidamente hace que evaluemos si podemos hacerle frente y posteriormente nos hace permanecer ahí, encararlo o huir.

 

Por otra parte la ansiedad es la emoción que nace en nosotros cuando ESTAMOS ANTICIPANDO (con pensamientos o creándonos escenarios mentales) que una persona, objeto, situación o animal, etc. PUEDE provocarnos algún daño, lo cual, de poder reducir, evitar, o quitarnos esa incertidumbre – lo cual es precisamente el problema.

 

En síntesis:

Emoción de miedo ante un peligro  Evaluación de si tenemos capacidad de enfrentarlo + pensar qué hacer  Pasar a ejecutar algo (enfrentar o retirarse)

 

Emoción de ansiedad ante un posible peligro (nosotros lo pensamos así)  Evaluamos si tenemos la capacidad de enfrentarlo + pensar qué hacer + pensar si eso pasará y si no + pensar en otra alternativa + pensar en otra alternativa… y así hasta el infinito.

 

Si esto ocurre, hay un elemento que está haciendo falta cuando experimentamos ansiedad, la acción o estrategia de afrontamiento, aquello que idealmente nos llevaría a resolver la situación, que en muchas ocasiones no es la más efectiva y nos mantiene en ciclos cada vez más intensos de ansiedad, precisamente porque no estamos haciendo algo eficaz para afrontarla, y aquí repito AFRONTARLA, no dejar de sentirla.

 

Yo puedo entender que busquemos protegernos del peligro, es nuestro instinto de supervivencia y no creo que sea algo malo tenerlo, puesto que de no tenerlo posiblemente no estaríamos aquí como especie. Solo que en ocasiones buscamos que todas las posibilidades estén cubiertas y eso es agotador e imposible de hacer.

 

Ahora, ¿qué puedes hacer para afrontar la ansiedad?, para darte una respuesta un poco más digerible y que como dije, sin adentrarme a dar estrategias específicas de intervención sin un contexto y un análisis detallado de lo que sucede y porqué sucede y que se está consiguiendo, emplearé la algunas estrategias y conceptos que maneja la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), la cual considero tiene muy buenas herramientas para ayudarnos reorientar nuestra aproximación a la emoción de ansiedad y dar ese primer pasito.

 

Considera esto: LUCHAR CONTRA LA ANSIEDAD = BATALLA PERDIDA

¿Qué quiere decir esto?, intentar detener (hasta que desaparezca) la ansiedad es algo imposible puesto que como lo acabo de explicar, sirve para algo y busca cuidar de nosotros, es por esto que, en un tratamiento efectivo, lo que se buscará es que aún a pesar de lo incómodo que resulta experimentar ansiedad, sigas haciendo aquellas cosas que has venido frenando, retrasando o alejando y que te son valiosas; ya que…

 

VIVIR UNA VIDA PLENA = ESTAR DISPUESTO A TENER CUALQUIER EMOCIÓN Y ESO INCLUYE LA ANSIEDAD

 

Y te  doy un ejemplo de esto, para que te des cuenta que antes de que tu ansiedad fuera un problema,quizás ya habías experimentado esto. Si alguna vez has invitado a salir por primera vez a alguien que te gusta mucho o que te resultó atractivo/a, de seguro experimentaste mucho malestar (ansiedad), pero casi te puedo garantizar que aun así, continuaste con la cita, te esforzaste en tu apariencia  e hiciste todo lo posible para pasarla bien (consideremos sólo por un momento que muchos nos hemos aventurado a hacerlo).

 

De esta forma es cómo se inicia el afrontamiento a la ansiedad, cuando es efectivo nos orienta a no dejar aquello que deseamos o que es importante sólo por esa emoción incómoda y al contrario, aunque estemos sudando, aunque nos tiemble la voz, seguimos en la cita con ese alguien especial.

 

Una vez que esta idea haya sido aceptada y comprendida por ti, otra sugerencia para a la acción sin frenar/quitarse la ansiedad es reconocer que está ahí, darle espacio y pasar a la acción.

 

  • Puedes decir algo como: “estoy notando que tengo ansiedad y esta emoción me hace pensar <pensamientos que estés teniendo >”.
  • Intenta darle una forma o color (materialice en su mente) a esa emoción.
  • Tras lo anterior agrega: “no me agrada sentir esta emoción, me gustaría que parara.
  • Y viene el elemento más importante, el que te invitará a evitar rehuír a la emoción y puede permitir que la tomes de la mano y junto con ella te aventures a hacer aquello que te has frenado a hacer o has pospuesto: “Y AUN ASÍ HARÉ <inserta aquí esa acción>”.

 

Más o menos quedaría algo así:

 

“Al escribir esta entrada estoy notando que tengo ansiedad y esta emoción hace que tenga pensamientos como tienes que darte a entender, sé conciso, no debes equivocarte; la ansiedad la veo como una nube esponjada de color gris, no me agrada sentir esta emoción y que esté esta nube en mi cabeza, me gustaría que parara, Y AUN ASÍ REDACTARÉ mi entrada y la daré a conocer a todos”

Definir mis valores

¿Qué se busca con esto? como lo dije al pasar a este segundo tip, este tipo de frases nos ayuda a  pasar a la acción, aceptando esa emoción desagradable y traerla con nosotros cuando ejecutamos esa acción. Con esto podemos reconocer que aún con dudas e incertidumbre, es posible HACER las cosas.

Como tercer y última sugerencia: evalúa si esa acción, es algo valioso e importante para ti, para eso puedes utilizar un cuadro como este:  

¿Qué le da significado e importancia a mi vida?

¿Qué tan importante es para mí?

(1 = nada importante / 10 = sumamente importante)

Ejemplos de acciones que me llevan a conseguirlo

Amistad

  

Ser una buena persona/hijo-a/esposo-a/novio-a/estudiante/empleado-a/etc.

  

Ayudar a los demás

  

Aprender y desarrollarme

  

Mejorar mis finanzas

  

La apertura con los otros

  
  • No necesariamente son sólo estos valores los que mueven a las personas, pero pueden tomarse de ejemplo y continuar agregando más o reemplazar los que yo les sugerí.

Y este ejercicio conéctalo con la siguiente metáfora:

 

“Identifícate como un chofer de una ruta de transporte público de tu ciudad, sabiendo que hay que llegar del punto A al punto B, teniendo un tiempo para llegar (y a la vez con la flexibilidad de retrasarse sólo poco tiempo, por si hubiera tráfico o hubiese una manifestación, cosas que no puedes controlar). Ahora imagínate que los pasajeros que llevas, comienzan a hostigarte, amenazarte, a hacer muchísimo ruido, prácticamente a distraerte y hacer que no avances, haciendo que te demores, ¿qué harías con esos pasajeros?, ¿seguirás permitiendo que se interpongan para llegar a tu destino?. A estos pasajeros les permitiste subir, de la misma forma tienes el poder de bajarlos e ignorarlos para continuar con tu ruta – acciones que la compañía de transporte público te dijo que tienes permitido hacer”.

 

¿Te parece que esta metáfora es similar a cómo tus pensamientos interfieren con aquello que le da significado a tu vida y así como el chofer que tiene ese permiso para bajar o ignorar a esos pasajeros (pensamientos), tu tiene ese mismo poder hacia ellos?

 

 

Te recuerdo que estas estos sugerencias tienen la intención de ofrecer una opción que pueda funcionar para darle un punto final a tus pensamientos que hacen que te mantengas en estado constante de ansiedad.

 

Pero si retomamos la idea de la naturaleza de la ansiedad -algo pasajero y que tiene la utilidad de ponernos en alerta de algo futuro- y no la complementamos con AFRONTAR – HACER ALGO (eficaz), esto simplemente no funcionaría.

 

Espero que estas ideas te funcionen y si crees que puedan ser de utilidad para alguien, sientete libre de compartirselas.

 

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Psic. José Carlos Martínez

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¿Necesito ir a terapia?

Seguramente has escuchado que asistir a terapia tiene múltiples beneficios, que te pueden ayudar a “sentirte mejor” o “solucionar cosas” y en parte todo esto es cierto, pero además pueden surgir otras preguntas.

 

¿Cuándo necesito ir a terapia? ¿Existe alguna señal de alarma? ¿sólo se acude cuando me encuentro mal o puede ser para algo más?

 

Me gustaría compartirte algunas ideas de los motivos que nos pueden llevar a tomar la decisión de iniciar un proceso de terapia.

 

Aclarando que son muchas las razones por las que nos podemos sentir motivados a hacerlo y que hay ocasiones en las que puede ser difícil identificar que necesitamos alguna ayuda.

 

Sin duda,  para todos nosotros habrá momentos en que podremos solucionar nuestros problemas solos y llamar al especialista no será necesario; sin embargo, en ocasiones el sufrimiento, la ansiedad o el agobio llegan a ser tan intensos que nos provocan un gran malestar y  mantener un buen estado mental y emocional no es posible y por consecuencia nuestro funcionamiento se ve afectado.

 

Esta puede ser la primera señal de que es necesario acudir con un profesional de la salud mental – un psicólogo clínico-,  cuando nos percatamos que aquello que estamos viviendo ya no nos es posible resolverlo por nosotros mismos, nos comienza a “sobrepasar” y comienza a afectar nuestro ritmo de vida y a generar malestar o sufrimiento.

 

Cuando inicias un proceso de terapia con un profesional calificado y capacitado para ello, es posible que recibas la ayuda o apoyo específico y enfocado a tus necesidades, también te permite identificar el origen del problema y aprender herramientas que durante el proceso vas a aprendiendo y que hacen posible  afrontar de mejor manera  el problema y  disminuir el malestar que te está impidiendo seguir en este momento.

 

Entonces, ¿sólo puedo asistir cuando me estoy sintiendo muy mal o tengo algún “problema grave”?

El psicoterapeuta es un profesional que cuenta con una formación y herramientas  -idealmente basada en evidencia científica- que te ayudarán a resolver aquello por lo que estés pasando, sin necesidad de que sea algo realmente grave.

 

Muchas de las situaciones que atendemos los Psicólogos no son graves, sino situaciones cotidianas, problemáticas específicas o emociones intensas que de alguna manera las personas han aprendido a funcionar con ellas, pero que tienen un costo y  las personas deciden que no quieren vivir con esto porque vale la pena aprender a afrontarlas o sobrellevarlas mejor, y para ello no hay mejor estrategia que un proceso terapéutico.

 

Te comparto algunas de las razones por las que podemos acudir a terapia:

 

  • Problemas familiares, de comunicación o con la pareja.

 

  • Mejorar en tus relaciones personales, laborales o personales también es un buen motivo para acudir a terapia, en busca del crecimiento personal, y obtener herramientas para conseguirlo.

 

  • Cuando existe un profundo dolor que no sabemos cómo superar, si la emoción de tristeza es tan fuerte que cada vez es más difícil estar con ella, y se llega a transformar en un momento negativo que es difícil, algunos ejemplos pueden ser la perdida de algún ser querido o una ruptura amorosa.

 

  • Experimentar angustia, insomnio, agotamiento y pensamientos obsesivos.  Por ejemplo estar preocupado todo el tiempo por alguna situación en particular puede generar angustia que algo malo pueda ocurrir en algún momento o en ocasiones también puede ocurrir que experimentamos estos síntomas sin un motivo aparente.

 

  • Buscar un cambio en nuestra vida, fijar objetivos, hábitos nuevos o erradicar viejos, sin embargo, a pesar de intentarlo, llega a ser muy complicado y nos frustra el no saber por dónde empezar.

 

  • Experimentar la pérdida de control de nuestras emociones ante factores externos o internos y no saber cómo regresar a la calma para resolver de forma efectiva.

 

  • Experimentar síntomas físicos, como dolores de cabeza, estómago o enfermarnos contantemente sin una explicación médica, puede ser esa señal de nuestro cuerpo de que algo no está yendo bien y estemos experimentando este tipo de malestares, por causas emocionales.

 

Además de estas razones que comparto ahora, hay un sinfín de motivos por los cuáles podemos comenzar un proceso de psicoterapia, pues trae consigo beneficios en nuestro día a día que son aplicables, tengamos o no alguna de las situaciones antes mencionadas.

 

 

Si consideras que estas pasando por alguna de ellas, me gustaría invitarte a que te preguntes si lo que estás viviendo está siendo viable resolver por ti mismo, si la respuesta es negativa puedes considerar la posibilidad de buscar el apoyo de un profesional de la salud mental que te ayude con tu proceso y acercarte a la vida que quieres vivir.

 

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Psic. Sofía Vélez

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¿Cuál es la mejor terapia psicológica?

La terapia psicológica o psicoterapia, es el nombre que recibe el conjunto de técnicas usadas por el psicólogo clínico, con el fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes. A través de la psicoterapia se logra modificar la conducta para evitar aquellos comportamientos y pensamientos que nos provocan malestar.

 

 

Se tiene la creencia de que en la terapia psicologica solo es escuchar y darle consejos al paciente, pero la realidad es que la terapia se basa en un conjunto de tecnicas, habilidades y conocimientos que idealmente sean basados en evidencia para la mejor eficacia del tratamiento del paciente.

 

 

Es importante destacar que no todas las formas de psicoterapia han demostrado ser igualmente eficaces; algunas cuentan con mucha más evidencia empírica a su favor, extraída de años de investigación sobre los efectos que tienen sobre los pacientes como la terapia cognitivo conductal o terapia conductual contextual que actualmente son las terapias con mayor evidencia empirica que hay.

 

 

Una aspecto a tener en cuenta sobre las diferentes terapias conductuales es que a diferencia de otros enfoques teórico-prácticos, la terapia conductual se basa en la acción.

 

 

Así, los terapeutas conductuales se centran en el uso de las mismas estrategias de aprendizaje que llevaron a la formación de conductas no deseadas, orientando la terapia hacia la adquisición de nuevos comportamientos.

 

Estas terapias conductuales mantienen que el objetivo principal es la conducta ya que es observable y podemos saber con mayor certeza si es funcional o no para la vida del paciente, poniendo de lado las emociones, donde se normalizan y validan, así como enseñarle al paciente que tambien lo haga mientras se realizan estrategias de modificacion de conducta.

 

 

En conclusion, para saber cual es la mejor terapia es enforcarnos en que sea una terapia basada en evidencia, así el paciente tendrá mayores resultados a mediano plazo y podrá alcanzar sus metas con mayor facilidad.

 

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Psic. Bárbara Téllez

Referencias bibliográficas:

Baardseth TP, Goldberg SB, Pace BT, Wislocki AP, Frost ND, Siddiqui JR, Lindemann AM, Kivlighan DM 3rd, Laska KM, Del Re AC, Minami T, Wampold BE. Cognitive-behavioral therapy versus other therapies: redux. Clin Psychol Rev. 2013 Apr;33(3):395-405. doi: 10.1016/j.cpr.2013.01.004. Epub 2013 Jan 24. Erratum in: Clin Psychol Rev. 2013 Dec;33(8):1253. PMID: 23416876.

 

Wampold, B.E.; Flückiger, C.; Del Re, A.C.; Yulish, N.E.; Frost, N.D.; Pace, B.T. et al. (2017). In pursuit of truth: A critical examination of meta-analyses of cognitive behavior therapy. Psychotherapy Research. 27 (1): pp. 14 – 32.

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¿Cómo puedo apoyar a mi hijo en su terapia?

A veces como papás podemos sentimos culpables cuando nuestro hijo o hija muestra situaciones complicadas, reconocer que necesita ayuda “externa” en lugar de la nuestra puede ser difícil, decidir iniciar un proceso terapéutico y “exponernos” a la opinión, estrategias y sugerencias de otro puede causar cierto  desánimo o recelo.


Con frecuencia ocurre que cuando llegan a consulta, muchos padres “sienten” que el o la terapeuta les está juzgando por “hacer las cosas mal” como padres; la realidad es que esto no necesariamente es cierto, máxime en situaciones en las que lo más sabio y amoroso que podemos hacer por ellos es reconocer que la situación que nos llevó ahí “se está saliendo de las manos”, y después de intentar múltiples estrategias, no sabemos qué hacer.


Y acá la pregunta interesante, una vez estando en el acompañamiento con un o una profesional con la capacidad para orientarnos, asesorarnos y acompañarnos, ¿qué puedo hacer yo como papá o mamá para apoyar a mi hijo o hija en su proceso terapéutico?

Antes de contestar esta pregunta hay que recordar que Papá y Mamá son insustituibles e irremplazables y por eso el éxito de la terapia para tu hijo o hija dependerá muchísimo de cuánto te involucres activamente en él en este momento en que tu hija/hijo necesita más que nunca de tu apoyo.


Teniendo esto en consideración, te dejo acá algunas sugerencias que puedes hacer para involucrarte y apoyar a tu hija/hijo:


  • Escucha activamente y sin juzgar a tu hijo/hija.
  • Valida sus emociones (permitir que se sienta como se siente, sin anular o querer cambiar cuando tiene una emoción “negativa” o hacer que se sienta siempre “bien”).
  • Sé paciente, es natural que quieras ver resultados rápidamente, pero la terapia es un proceso, pretender acelerarlo mete presión en todos los que están involucrados (tu hija/hijo, su terapeuta, y tú mismo/a) y por lo general no funciona, el proceso durará lo que tenga que durar.
  • Sé lo que eres: el/la protagonista en la red de apoyo de tu hijo/hija.
  • Trabaja en mejorar la comunicación con tu hija/hijo, una forma de hacerlo es dejarlo que hable de lo que le interesa o lo que quiere platicarte, evitando regañarla en un primer momento (primero escucha toda la historia, después podrás orientar).    


Y ahora, lo que NO hay que hacer para favorecer el proceso y apoyar:


  • Presionar, controlar y acelerar para que mejore a “tu ritmo”.
  • Hacer a tu hijo/hija totalmente responsable de la problemática por la que acuden a consulta.
  • Considerar al terapeuta como un enemigo, en lugar de un aliado.


Recuerda que habrá ocasiones en las que como papá o mamá puedes equivocarte, es totalmente normal que pase y ocurre a todos, porque NADIE lo hace perfecto. Lo importante es hacer lo necesario para generar cambios que como familia les funcionen y restaurar  o evolucionar en que en su momento se deterioró.


Estoy segura que haces lo mejor que puedes con los recursos con los que en este momento cuentas, al tomar la responsabilidad de trabajar en equipo con un/una terapeuta le das a tu familia la oportunidad de aprender y crecer juntos.

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Psic. Bárbara Téllez

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El cerebro de mamá

“Nada es permanente a excepción del cambio”

 Heráclito

Seguramente has escuchado a una mamá decir frases como: “Ser mamá me cambió la vida”, “Mi vida es otra desde que nació mi hijo(a)” “No soy la misma que antes de ser mamá”; yo misma he dicho alguna de estas frases. Evidentemente, la vida es cambio y movimiento, no es un tema nuevo que la maternidad transforma muchas áreas de la vida de una mujer, los innegables cambios físicos, la modificación del  auto concepto, prioridades, vida social, familiar y un sinfín de etcéteras, sin embargo, hasta hace algunos años, no se había hablado científicamente de los cambios que ocurren en el cerebro de quienes se convierten en mamás.

El cerebro de las mujeres cambia su estructura durante el embarazo y estos cambios son mantenidos hasta 2 años después del parto. Esto fue demostrado por un estudio sin precedentes, realizado por la Universidad Autónoma de Barcelona, en el cual se realizaron resonancias magnéticas a 25 mujeres embarazadas, 19 de sus parejas (todos hombres) y 20 mujeres no embarazadas. A través de la observación de las imágenes obtenidas de las mujeres en gestación, se descubrió una disminución en la materia gris en regiones específicas, la materia gris es una sustancia encargada de procesar la información en el cerebro; hablar de materia gris se ha asociado popularmente a la inteligencia, a mayor materia gris mayor inteligencia; sin embargo, cabe aclarar que en realidad su función va mucho más allá.

La investigación realizada demostró que esta reducción de materia gris, no significa menor capacidad cognitiva o menor inteligencia; más bien, quiere decir que se optimizan las conexiones entre neuronas, lo que puede favorecer el correcto funcionamiento de varios procesos en el cerebro.

El cerebro de una mujer embarazada se reajusta. La materia gris se reduce en algunas áreas cerebrales para favorecer un aumento en la empatía; las mamás son más habilidosas para hacer conexión con los demás,  lo cual puede explicar el surgimiento del instinto maternal relacionado con la detección de las necesidades del bebé o de anticipar riesgos potenciales para su hijo en un entorno específico. Esto solo le ocurre a las madres y es un proceso adaptativo, no evolutivo; no quiere decir que las mujeres  que no son madres sean menos evolucionadas que aquellas que sí lo son. La investigación reveló que este reajuste solo ocurre en las gestantes, ya que ninguno de los hombres que se estudió ni de las mujeres no embarazadas mostró cambios en la estructura cerebral.

Es muy probable que los cambios hormonales que se producen durante el embarazo, no solo cambien el cuerpo, si no que también influyan en esta reorganización del cerebro; los sentidos se agudizan, aumenta la producción de oxitocina (también llamada la hormona del amor) que se almacena y a partir del quinto mes de gestación empieza a liberarse gracias a los primeros movimientos del bebé dentro del vientre; esta misma hormona funciona como desencadenante y analgésico natural durante el parto y una vez que el bebé ha nacido, la oxitocina favorece el vínculo de apego y la lactancia materna.

Desde el embarazo, nuestro cuerpo se prepara para un gran reto, la naturaleza nos provee,  nos da lo necesario para adaptarnos a los cambios que trae consigo la maternidad.

Por eso la próxima vez que escuches a alguien decir: “La maternidad me ha cambiado” puedes considerarlo como cierto. Ser mamá te cambia…para siempre.

 
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Mtra. Mónica García

¿Qué es la Terapia de Esquemas?

Es muy común que lleguen a la consulta personas que se encuentran atrapadas en ciclos de reacciones que les llevan una y otra vez a los mismos resultados, es comprensible sentirse frustrado de intentar (sin grandes logros) hacer las cosas de diferente manera y tener uno de estos resultados: no lograr hacer algo (actuar o reaccionar) diferente, o que a pesar del esfuerzo, se obtenga el mismo resultado; esto ocurre porque en esas situaciones clave hay un esquema activado, en estas situaciones por más que nos esforcemos por pensar, actuar o reaccionar de una manera más objetiva o realista, no nos sale.

 

Imagínate que hacemos un experimento en el que te colocas unos lentes con mica verde y te pidiera que observaras un objeto, ¿qué color lo verías? ¿lo verías con un tinte verdoso, cierto?, por más que intentaras verlo del color que es, no podrías mientras tengas puestos esos lentes, podrías incluso reconocer que sabes que no es verdoso, que definitivamente es de otro color, lo sabes, sin embargo no lograrías verlo del color que sabes que es; lo mismo ocurre cuando en esas situaciones clave un esquema está activado.

 

Los Esquemas Desadaptativos Tempranos son aprendizajes  profundamente reforzados, que incluyen pensamientos, emociones y conductas, y  que determina la forma en cómo nos vemos a nosotros mismos, al mundo y a los demás, que cuando se encuentran activos, nos hacen interpretar lo que vivimos según lo que ellos nos dicen, y no  importa qué tan racionales sean las cosas que intelectualmente nos decimos para convencernos de ver las cosas realista y  objetivamente, lo que sentimos como verdadero es lo que el esquema nos dice, aunque generalmente tiene poco de racional (es decir, estar apegado a la realidad).

 

 

Jeffrey Young es el creador de la Terapia de Esquemas, un modelo cognitivo conductual que integra elementos de otras corrientes. Se basa en el supuesto de que desde temprana edad aprendemos cosas de las personas a nuestro alrededor, del ambiente y de las experiencias que tenemos, eso, aunado a la satisfacción (o no) de nuestras necesidades emocionales básicas y las características propias de nuestro temperamento, forma lo que se llama Esquema Desadaptativo Temprano  que  básicamente se trata de estos aprendizajes tan reforzados que determinan la forma en cómo vemos las cosas y en gran parte cómo vamos a reaccionar ante las situaciones, son rígidos y permanentes, se les llama “desadaptativos” porque impiden funcionar adecuadamente en las circunstancias en las que nos encontramos y provocan emociones negativas que podemos evaluar como perturbadoras.

 

Existen 18 Esquemas Desadaptativos Tempranos en la teoría de la Terapia de Esquemas, se agrupan de acuerdo a cinco necesidades emocionales básicas, a saber:

 

1. Desconexión y Rechazo,

2. Perjuicio en la autonomía y desempeño,

3. Límites deteriorados,

4. Tendencia hacia el otro,

5. Sobrevigilancia e inhibición.

¿Quieres saber cuáles son los tuyos? para darte una idea, revisa con cuáles de estas frases te identificas:

 

  • Creo que no puedo tener la certeza de que los demás no van a estar para darme apoyo de manera estable, temo que se vayan porque encontraron a alguien mejor, que mueran o sencillamente sean demasiado inestables e impredecibles a nivel emocional (esquema de abandono). 
  • Siempre espero que los demás me lastimen o se aprovechen de mí, percibo intenciones negativas en los demás para engañarme, manipularme o humillarme (esquema de desconfianza/abuso).
  • Siento que mis necesidades no son importantes para los demás, y no hay oportunidad de que alguien pueda satisfacerlas, no me siento querido, apoyado, protegido o conectado con los demás (esquema de privación emocional).
  • Me siento defectuoso, como si hubiera algo malo en mí, es algo que tengo que esconder de los demás porque si lo notan se alejarán de mí, no me creerán merecedor de su amor, por eso estoy pendiente de sus reacciones hacia mí y casi siempre termino sintiéndome avergonzado (esquema de imperfección/vergüenza).
  • Me siento aislado de los demás, creo que soy diferente y no pertenezco a ningún grupo, simple y sencillamente no encajo (esquema de aislamiento social).
  • No me siento capaz de hacer las cosas por mí mismo, me siento dependiente de los demás en muchas situaciones, no puedo tomar decisiones por mí mismo, no me siento capaz de resolver un problema o intentar algo nuevo, a veces me siento desamparado (esquema de dependencia/incompetencia).
  • ¡En cualquier momento puede ocurrir una catástrofe! y no hay manera en que yo pueda hacer algo para prevenirlo, puedo contraer una enfermedad muy grave, volverme loco, perder totalmente el control, ser víctima en un crimen, terremoto o secuestro; por eso debo ser extremadamente precavido (esquema de vulnerabilidad al daño o enfermedad).
  • Soy muy cercano a (generalmente padres/pareja) y no puedo vivir sin él/ella, tenemos una relación tan cercana que no podría saber quién soy sin esa persona, aunque a veces me sienta vacío y sin metas propias (esquema de yo no desarrollado).
  • Estoy convencido de que no soy capaz de triunfar en la vida, simplemente no puedo hacer las cosas como las hacen mis pares, en áreas de logros siempre estoy por abajo, a veces me siento tan tonto en algo que ni siquiera lo intento (esquema de fracaso).
  • Es evidente que soy superior a los demás, yo no tengo porque apegarme a las reglas que impone la sociedad, yo soy diferente y especial, debo poder hacer o tener cualquier cosa que yo quiera, me gusta tener el poder y el control y no entiendo por qué tenga que sentirme mal por ello (esquema de grandiosidad).
  • No me gusta lo que se siente mal, no tolero la frustración, no puedo controlar mis impulsos, no logro forzarme a hacer algo que no quiero hacer, trato de evitar a toda costa las cosas desagradables, evito confrontaciones, dolores y esfuerzos, casi nunca logro lo que me propongo pero ¡es que es tan difícil! (esquema de insuficiente autocontrol /autodisciplina).
  • Muchas veces me aguanto para evitar consecuencias negativas, es común que mis necesidades pasen a segundo plano pero prefiero eso a que los demás se enojen conmigo o me abandonen, siento que mis deseos, opiniones y sentimientos no son importantes para los demás, es mejor esconderlos para no incomodar (esquema de subyugación).
  • Me gusta ayudar a los demás, si alguien está necesitado o es más débil que yo debo renunciar a mis necesidades para ayudarlo, si no lo hago, me siento culpable, aunque a largo plazo, a veces me siento resentido con esas personas de quienes me hice cargo (esquema de autosacrificio).
  • Lo más importante para mí es que los demás me vean bien, busco aprobación, aprecio, reconocimiento y admiración en los demás, a veces a costa de mostrarme a mí mismo, busco estatus, una buena apariencia y la aprobación de todos (esquema de búsqueda de aprobación/reconocimiento).
  • Hay que ver todo lo malo que puede pasar, y en eso soy experto, casi siempre detecto todo lo que puede salir mal en una situación, y por lo general me cuesta ver el lado positivo de las cosas; es común que me encuentre preocupado o alerta de todas estas cosas negativas que pueden ocurrir y eso me lleva a tener dificultades para tomar decisiones (esquema de negatividad/pesimismo).
  • Necesito tener el control de mis sentimientos e impulsos, creo que si los expreso puedo dañar a los demás o sentirme avergonzada, tal vez me abandonarán o pierda toda mi valía como persona, se me dificulta ser espontáneo, ni siquiera en sentimientos como enojo, tristeza o alegría, también prefiero evitar los conflictos u siempre pensar las cosas antes de actuar (esquema de inhibición emocional).
  • Creo que nunca se es suficiente, hay que intentar más y más, tengo estándares altos porque no quiero ser criticado; aunque me reconozco crítico conmigo mismo y con los demás, soy perfeccionista, tengo reglas firmes y me preocupa el tiempo y eficiencia, no es común que me relaje, que disfrute o que tenga buenas relaciones sociales (esquema de estándares inalcanzables).
  • Siento que las personas deben ser duramente castigadas por sus errores, a veces son agresivo, intolerante o impaciente, se me dificulta perdonarme o perdonar a los demás cuando se comete un error, no hay ninguna justificación cuando uno se equivoca (esquema de castigo).
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Es común que las personas se identifiquen con muchos de los esquemas que se presentaron anteriormente, debido a la complejidad de nuestra cognición el separar los contenidos de pensamiento, es una tarea difícil que solamente un psicoterapeuta bien entrenado puede hacer, ya que los esquemas no son el único elemento a considerar en la conceptualización que se hace en la Terapia de Esquemas, existen otros dos elementos que entran en juego: los estilos de afrontamiento y los modos de esquema, que revisaremos en otro momento.

Por ahora, se enumeran estos elementos para ejemplificar cómo los componentes de esquemas pueden conjugarse para lograr su objetivo principal: confirmarse y mantenerse. En realidad no son los malos del cuento, los esquemas bien regulados nos ayudan a sobrevivir, adaptarnos y funcionar, lo que realmente nos genera problemas es su rigidez.

Un proceso psicoterapéutico desde la Terapia de Esquemas inicia con una conceptualización de caso, el terapeuta y el paciente hacen un equipo para reestructurar el contenido de pensamiento del paciente que le está generando problemas, cada uno tiene su labor; en este primer momento  el clínico recoge datos importantes y les da sentido desde esta teoría, dicha conceptualización es compartida con el paciente, lo cual le ayuda a comprender su problemática e historia de vida, al terapeuta le permite identificar los elementos fundamentales de la cognición del paciente que deben ser reestructurados y a ambos a idear un plan de tratamiento personalizado que garantice la eficacia de las intervenciones.

 

La Terapia de Esquemas ha demostrado ser eficaz para diversos trastornos y problemáticas psicológicos, Young la formuló como alternativa de tratamiento para los pacientes cuyas características limitaban la eficacia de las Terapias Cognitivo Conductuales tradicionales, es, definitivamente un modelo que vale la pena revisar si se desea comprender y atender de manera más completa las problemáticas psicológicos.

Mtra. Laura Gómez-Llanos

Psicoterapeuta

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Mitos de la Terapia Cognitivo Conductual

Desde su surgimiento en los años 60´s la Terapia Cognitivo Conductual (TCC) ha sido una alternativa viable para la intervención en diversos trastornos mentales, demostrando alta efectividad desde sus inicios para el tratamiento de la depresión y la ansiedad y más tarde para el tratamiento de adicciones, trastornos de personalidad y otras psicopatologías.

Así mismo, esta propuesta psicoterapéutica ha tenido que enfrentar a diversas críticas relacionadas con el tiempo de intervención, la profundidad de los cambios, la fundamentación de sus intervenciones y la relación terapéutica, entre otras. A continuación, se numeran algunos de los principales mitos que se han construido alrededor de la TCC y las contestaciones correspondientes.

 

 

1.- La TCC es una terapia superficial y no toma en cuenta las cuestiones subjetivas de la persona.

La TCC se basa en un modelo cognitivo que plantea que la percepción de los eventos influye sobre las emociones y el comportamiento de las personas. Por lo tanto, indaga las creencias nucleares y esquemas cognitivos que explican porque las personas se perturban, buscando un cambio profundo y duradero al modificarlos.

 

 

 

 

 

2.- En la TCC solo se hacen procedimientos de modificación conductual.

Obviamente se emplean procedimientos fundamentados en la modificación conductual, sin embargo, también se utilizan estrategias de cambio cognitivo, técnicas emotivas y experienciales. Para la TCC lo más importante es favorecer el bienestar emocional mediante procedimientos comprobados en su efectividad, los cuales pueden ser combinados, todo bajo un coherente marco teórico cognitivo.

 

 

3.- La TCC solo se enfoca en el presente y deja de lado la historia de la persona.

Este modelo propone una psicoterapia breve que trabaje principalmente en el presente para lograr los objetivos terapéuticos. Asimismo, hace una conceptualización del caso, para lo que es necesario indagar en la historia del paciente para destacar aquellas experiencias significativas que expliquen la conformación de los esquemas cognitivos.

 

 

 

 

 

4.- La TCC etiqueta a las personas.

El realizar diagnósticos se puede confundir con poner etiquetas en los pacientes. El verdadero objetivo de usar términos diagnósticos es generar un lenguaje en común con otros profesionales, fundamentado en los manuales diagnósticos, que permiten trazar una ruta de tratamiento adecuada para cada persona.

 

 

5.- La TCC no trabaja con las emociones.

La TCC hace uso de protocolos bien fundamentados para el trabajo con las emociones, por ejemplo, los protocolos de intervención para conseguir la regulación emocional. Las emociones son atendidas, ya sea que se vean como eventos psicológicos naturales y normales que se viven y validan o bien como resultado de las interpretaciones de los eventos, por lo tanto, al generar el cambio cognitivo, también se verán modificadas las emociones.

 

 

 

 

 

6.- Solo se hace sustitución del síntoma.

El cambio profundo de los contenidos de los esquemas cognitivos es la última meta, para evitar recaídas y favorecer que la persona logre un cambio o en lo que piensa de sí mismo, los otros y el mundo.

 

 

7.- La TCC utiliza una misma metodología de intervención para todos los pacientes.

En la TCC se desarrollan protocolos científicamente validados para intervenir en diversas patologías. Estos protocolos se usan como guía y se van adaptando de manera personalizada al paciente, a su personalidad y sus necesidades, generando tratamientos únicos e individuales basados en evidencias científicas.

 

 

8.- Los terapeutas cognitivos conductuales son fríos y poco empáticos.

La relación paciente-terapeuta es fundamental en cualquier psicoterapia. La alianza terapéutica es instrumental para alcanzar los objetivos en esta terapia, ya que solo mediante un trabajo colaborativo y cooperativo (terapeuta-paciente) se puede logar una dinámica favorable.

 

 

 

 

 

Si bien ninguna propuesta terapéutica es la panacea, ni está exenta de verse renovada o actualizada, vale la pena desmitificar los errores que por desconocimiento se pueden construir alrededor de la misma.

 

 

La Terapia Cognitiva Conductual es una de las propuestas psicoterapéuticas más estrictas y rigurosas en el ámbito de la ciencia, sometiendo a investigación y revisión sus protocolos de intervención, buscando la constante actualización, escuchando a sus críticos, buscando desarrollar las propuestas más efectivas para las personas que acuden a atención y desean encontrar salud mental.

 

 

 

Mtro. Carlos Martín

Psicoterapeuta