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Por qué se «celebra» el Día Internacional de la Mujer

A veces por inercia, otras por desinformación se asume que el Día Internacional de la Mujer es un motivo para festejar  y celebrar a las mujeres.

 

Si bien es cierto que tener el pretexto para reconocer la importancia que tienen las mujeres de nuestra vida (amigas, familiares, esposas, novias, incluso nosotras mismas) no viene mal, es importante saber no se trata de una celebración, sino de una conmemoración, ya que tiene connotaciones históricas e ideológicas relevantes de cara a la lucha por los derechos de las mujeres.

¿Qué se conmemora el 8 de Marzo?

El Día Internacional de la Mujer es un llamado a la acción, una invitación a luchar y alzar la voz, conmemorar la ideología de este día: La lucha por la justicia y defensa de los derechos humanos de las mujeres.

¿Por qué la lucha por los derechos humanos es necesaria en el caso de las mujeres? 

Porque históricamente el camino para lograr tener derechos igualitarios, ha sido sinuoso.  

¿Cuál es la historia del Día Internacional de la Mujer?

Recientemente  National Geographic hizo una publicación, que puedes ver aquí; en la que se plantea que  la necesidad de conmemorar un Día Internacional de la Mujer, nace después de la revolución industrial, durante el siglo XIX, los cambios en la economía y el trabajo, integraron cada vez más a las mujeres en la fuerza laboral. 

Sin  embargo, muchas sufrían explotación y falta de reconocimiento a sus derechos laborales. Fue entonces que  comienzan a organizarse los primeros grupos de mujeres para conformar sindicatos y realizar protestas para exigir sus derechos.

Posteriormente en el año de 1911, un incendio en la fábrica de textiles en la ciudad de Nueva York, cobró la vida de decenas de trabajadores, quienes en días previos ya habían salido a tomar las calles a protestar por las omisiones a sus derechos y la falta de garantía de condiciones laborales seguras. 

A partir de este suceso, se comienzan a visibilizar mayores protestas comandadas por mujeres para exigir igualdad y garantizar el ejercicio de sus derechos alrededor del mundo.

México es parte de esta lucha con actividades coordinadas por la ONU MUJERES, que puedes consultar aquí.

A la luz de esto, ¿celebrar o felicitar en el Día de la Mujer?

Para quien comprende el significado del Día internacional de la Mujer, está claro que la felicitación está fuera de lugar, ya que generalmente cuando se felicita a una mujer en este día,  se suele dar valor a cualidades en torno al género o su rol social que en general tiende a encasillar o reducir el rol de las mujeres y su papel activo en la construccion de la sociedad.

Como ya lo hemos comentado, el Día Internacional de la Mujer no se festeja o se celebra.  

El 8M es un acto de memoria, es un recordatorio de la lucha constante de las mujeres por la igualdad en sus derechos, es honrar a aquellas que tuvieron el valor de iniciar la lucha, aquellas que la mantienen y las que la continuamos, buscando un entorno en el que todas las personas tengamos los mismos derechos.

El 8M es una invitación a actuar, a defender, a hacer conciencia y fortalecer la sororidad que es deseable exista entre las mujeres.

Romper el silencio, validar, poner sobre la mesa los temas incómodos, generar más espacios entorno a seguir protestando contra lo que represente un daño a nuestra integridad.  

Una lucha por evitar las cosas que que nos duelen: discriminación, injusticia, desigualdad, maltrato, violencia, sólo por el hecho de ser Mujeres.

Entonces, ¿qué puedo hacer el Día Internacional de la Mujer?

Conmemorar. Recuerda que esta es una lucha que aún no termina, todavía existen  mujeres que no viven en condiciones de igualdad y que continúan siendo vulneradas y violentadas.   

Involúcrate en espacios de escucha y participación, acompáñate de otras mujeres e historias que te ayuden a entender mejor esta perspectiva. El 8M es una fecha conmemorativa, pero esta práctica puedes realizarla continuamente.

Reflexionar, cuestionar y expresar libremente sobre los temas que te duelen: Reconocer nuestra vulnerabilidad puede generar más empatía y cercanía. No tienes que poder con todo, ni estar de acuerdo. Poner sobre la luz nuestros miedos y temores es alentar nuestro derecho a decidir sobre nuestra vida.

Depurar y cuestionar: Tristemente hay mucho contenido en redes sociales, en la música, personajes o en la web en general que probablemente seguimos sin discriminar de qué se trata, revisa si  aquello que consumesalenta la violencia o exigencia sobre lo que una mujer tiene o debe de ser.

Cuida y depura lo que consideres que es violento hacia ti u otras mujeres.

Lo que que cosifica, denigra o reduce el Ser Mujer, y sobre todo cuida que las niñas, niños y adolescentes no tengan contacto con ese contenido que pasivamente genera y refuerza estas ideas contra las que estamos luchando.

Visibilizar: ten en cuenta que no porque un problema no te pase a ti, significa que no exista o no sea una realidad compleja para muchas otras mujeres.  

Haz lo que te sea posible, comparte contenido valioso, habla con las personas a tu alrededor, hay muchas cosas que se pueden hacer, cada uno desde nuestro espacio, para visibilizar estas situaciones e impactar en más personas para cambiar la sociedad en la que vivimos.

Reconocer: a las mujeres en tu vida, a quienes precedieron esta lucha, a quienes te apoyan incondicionalmente y te sostienen emocionalmente y a ti por seguir de pie ante los embates que has tenido que enfrentar.

 

Psic. Evy Simental

Psicoterapeuta 

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La mejor Mamá del mundo

Mayo es el mes en el que celebramos a las Madres, en muchos países del mundo se elige un día del año que sirve de pretexto para reconocer, agradecer y hasta admirar la labor que las mujeres que son madres realizan cada día. Un trabajo que no acaba, que es constante y en el que cada una da lo mejor de sí misma.

También un tema que con gran frecuencia he hablado, en terapia o fuera de ella, en conversaciones con otras mamás, lo más frecuente es que las madres sientan culpa o no estén satisfechas con su labor, generalmente hay un “algo más” que podrían estar haciendo, mejor. Es muy común que todo lo que hacemos en el «ejercicio» de la maternidad «no es suficiente», y el discurso que tenemos con nosotras mismas está mediado por  frases como «debo hacerlo mejor», «no debería hacer x » (gritar, enojarme, castigar), “podría hacer otra cosa”, “debería ser más paciente”, “tengo que ser mejor”.  Estas frases «no tienen nada de malo», todas ellas evocan opciones que podrían funcionar mejor, ¿quién no quiere eso?, la verdad es que querer tener una relación más armónica, optimizar «recursos» y beneficiar más a lxs hijos está padrísimo, el asunto es que esa exigencia no tiene fin.

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Como lo dije al inicio, estoy convencida de que cada Mamá da lo mejor de sí misma, con los recursos que tiene en ese momento. No es el tema hablar acá de situaciones extraordinarias en las que es evidente que alguna persona no lo hizo, hablo de la mayoría de los casos, de tí que estás leyendo o de Mamás a tu alrededor que pueden estarse sintiendo así, muy frustradas, desesperadas y culpables por estas exigencias.

 

No siempre es sólo un tema «puramente interno», también hay todo un contexto que lo activa y lo refuerza. Desde el embarazo se nos plantean “ideales” de cómo vivirlo:  las revistas están llenas de mujeres embarazadas que se ven espectaculares, radiantes,  sonrientes, plenas y  bellísimas, estás imágenes de personas que parecen estar “disfrutando” a más no poder su embarazo, puede crear un «conflicto» cuando nosotras no lo estamos viviendo así, y muy por el contrario el embarazo que estamos viviendo nos representa un gran reto: cambios hormonales (y de humor), modificaciones (muy significativas) en nuestro cuerpo, alteraciones en nuestra rutina, o situaciones en las que tenemos que renunciar a llevar una «vida normal» (permanecer en reposo, renunciar al trabajo, etc.) hacen que sea totalmente comprensible que  no sea “disfrutable”.

 

Peor aún cuando las personas en nuestro entorno constantemente nos dicen “disfrútalo, no vas a estar embarazada para siempre”, “es un momento muy bonito”. No profundizaré, por mucho que social y culturalmente se «idealice» el embarazo y la maternidad no siempre es “disfrutable” y eso es NORMAL.

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Desafortunadamente, reconocerlo pareciera que genera un conflicto con muchas creencias que han sido reforzadas social y culturalmente, las cuales invalidan las experiencias reales de ser madre y limitan que se hable libremente de ello. Por lo general cuando hacemos comentarios «negativos» – y me detengo a aclarar que no son negativos «per se», son reales, pero hablan de las experiencias «no tan placenteras», de las situaciones en que nuestra conducta «no fue la mejor» o que simplemente «no podemos ser la madre ideal»- recibimos  comentarios que sutilmente (o no tanto) nos dejan ver que «no deberíamos» sentirnos así. Esto ocurre durante toda la maternidad: en el embarazo, cuando son bebés, «toddlers», en la infancia, niñez  y hasta en la misma adolescencia.

Nadie niega que los momentos placenteros, agradables, armónicos y «positivos» son más, de lo que estamos hablando es del poder ser «libres» para expresar y validar la experiencia «completa», como realmente es, sin sentirnos «anormales» por ello. 

Normalizar lo que como mamás vivimos -lo «bueno», lo «malo», lo «peor» y lo «mejor»-  nos da esa VALIDACIÓN que tanto necesitamos en algunos momentos, darnos «permiso» de vivir  lo que esté pasando, en lugar de «pelear» con lo que sentimos y pensamos nos permite «recuperarnos» más rápido y emplear nuestros recursos en afrontamientos mucho más efectivos, para nuestrxs hijxs y para nosotras»

Me encantaría que si estas palabras te funcionan (o crees que una mamá cerca de ti las necesite) las puedas usar y recordar: NO NECESITAS SER PERFECTA, PARA SER LA MEJOR MAMÁ DEL MUNDO.

Trata de dejar de lado las exigencias, las altas expectativas, las críticas; puede ser difícil porque muchas veces están alrededor y no sólo  vienen de ti. Claro que puede funcionar revisar lo que podemos mejorar y hacer “introspección” cuando tenemos alguna conducta o actitud que no nos gusta, o que no nos está acercando a los objetivos que queremos lograr, personalmente o con nuestros hijos; pero tampoco exageremos, esa es la realidad, tenemos un límite y somos humanas, a veces tenemos que aceptar que simplemente no somos así, que no nos va a salir perfecto, que nos requerirá esfuerzo (y por eso hay que ser paciente), que cometeremos errores, que no será perfecto y que antes que  mamás, somos personas, humanas, imperfectas… y eso es normal.

La verdad es que el tema da para mucho, podemos hablar largo y tendido de los retos, de las satisfacciones, de lo valioso que resulta esta labor para quienes hemos elegido ser mamás, es por mucho una de las áreas que nos brinda mayor felicidad; pero no quiero extenderme demasiado, sino centrarme en algunos puntos importantes de acuerdo a muchas conversaciones de lo que “no se habla” cuando se es mamá, que espero funcionen para algo:

  1. Es normal, comprensible, válido que a veces no quieras hacerlo, que “reniegues”, que fantasees o bromees con una vida  diferente, sobretodo en momentos en los que no te sientes bien.
  2. Es totalmente entendible que a veces te sientas sobrecargada, cansada o presionada.
  3. Es válido “necesitar” hablar de ello, necesitar auténtica empatía, ser escuchada sin “correcciones”, ni juicios.
  4. Es humano necesitar ayuda.
  5. Todas las cosas que haces por tus hijos son muy importantes y valiosas, de sobra está decirlo que son un reflejo del amor que sientes por ellos, y también vale decir que  pueden hacer que te sientas cansada, que no sea fácil, que te requieran mucho esfuerzo, en momentos hasta que te «hartes», que necesites tiempo para ti, para estar en pareja, para hacer otras cosas, todo esto es normal.
  6. Todas las maternidades son validas, valiosas e importantes, si trabajas en casa o fuera de ella, no es una competencia (aunque muchas veces se convierte en una), valida y valora la tuya, evita hacerte comentarios negativos que no te lleven a nada, reconoce en qué puedes mejorar, pero no exageres en la crítica.

Refuerzo el último punto, TU maternidad es válida, valiosa e importante, ayuda mucho el tener la seguridad de que lo estás haciendo lo mejor que puedes. Por favor, no te olvides de ti, al cuidar de ti, potencializas muchísimo los recursos que tienes para los demás, no es indispensable estar todo el tiempo con ellos, especialmente si necesitas «un espacio».

Estoy segura de que estás haciendo un buen trabajo. Si no me crees pregúntale a tu(s) hijx(s) ¿quién es la mejor mamá del mundo? (No aplica para la etapa adolescente :P)

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Mtra. Laura Gomez-Llanos