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Paz mental en navidad ¿Cómo conseguirla?

Diciembre es tiempo de paz, un mes de altas expectativas, en la víspera de las fiestas navideñas se espera que tengamos una actitud de alegría, celebración, compartir, pero ¿qué pasa con la paz mental?

Las celebraciones propias de estas fechas: posadas, cena de navidad y  fiestas de año nuevo, suelen asociarse  con “alegría y paz”, la publicidad, slogans, tiendas y conversaciones se centran en un espíritu lleno de alegría, paz y armonía. Lo cual puede resultar abrumador porque la realidad es que no todos la pasan tan bien durante esta época.

¿Qué pasa cuando no tengo paz mental en navidad?

Las fiestas decembrinas también pueden también venir acompañadas de estrés, ansiedad o depresión; existe una gran cantidad de motivos por los cuales los días de navidad y año nuevo, no son alegres y nuestra salud mental no es la óptima. Podemos estar hablando de no encontrarse en casa, cierre de actividades, la pérdida de un ser querido, sentimientos de soledad o tristeza, presión social y un sinfín de situaciones que hacen comprensible que no sea un tiempo de paz mental. 

Si te identificas con ello, es importante que recuerdes que hay formas en las que podemos apoyarnos y cuidar la salud mental en estas fechas decembrinas, alcanzar la paz mental en la medida en que sea posible, te comparto algunas sugerencias para sobrellevar estas festividades cuando no te sientes del todo bien.

Me siento triste en navidad, ¿qué hacer?

Aunque no se hable mucho de ello, sentirse triste en navidad es algo que ocurre muy a menudo, desafortunadamente eso no siempre es validado y expresado, por temor a la crítica o el rechazo, a ser diferente o no alcanzar esa expectativa de estar feliz y en paz.

Es importante que, si te sientes de esta manera, te des la oportunidad de identificar, reconocer y dar espacio a esas emociones, no va a funcionar obligarte a no sentirlas, probablemente sólo te lleve a tener conductas que eventualmente las empeoren.

Puede ser difícil, pero puedes intentar no poner sobre ti altas expectativas acerca de cómo sentirte, tu actitud ante las celebraciones y evitar exigirte estar en un estado de ánimo que no compartes, recuerda que tienes tus propias razones, no es obligatorio sentirte alegre en estas fechas. 

Duelo en navidad.

Si recientemente experimentaste una pérdida, y estás atravesando momentos de dolor o soledad, puedes compartir con aquellos cercanos a ti, y/o que están atravesando lo mismo que tú para entender tus sentimientos y generar expectativas realistas sobre esta temporada. 

Si en este momento, te parecen abrumadoras las fiestas o poco real el festejar, recuerda que no es necesario que te obligues a hacerlo.

También puedes leer la entrada en la que te compartimos cómo vivir el duelo en navidad – https://ijpcc.com/duelo-en-navidad/

Estoy solo o lejos de casa en navidad.

Muchos de nosotros en estas épocas, podemos sentir que no tenemos realmente con quien reunirnos o festejar por diversas cuestiones de nuestro contexto, y es algo que pasa constantemente, ya sea porque la familia no es muy unida o porque te encuentras fuera de casa en estos momentos; sin embargo, hay maneras en las que puedes conectar con aquellas personas valiosas que te hagan sentir la calidez de las fiestas. 

Puedes comenzar por recordar aquellas personas, lugares o momentos que te hacen sentir en compañía, y alegre; para programar alguna visita, llamada, enviar algún detalle o reunión pequeña con amistades cercanas que te haga sentir unido y conectado con aquello que a esas emociones te están comunicando. 

Si también disfrutas de tu propia compañía, puedes agendarte alguna actividad relajante, alguna cita contigo, leer un libro, si en las reuniones sociales no logras sentirte cómodo/a. 

Estrés o presión por dar regalos.

El marketing sobre las festividades puede generar mucha presión social sobre lo que la navidad o año nuevo deben significar incluyendo los regalos y gastos excesivos. Por esta razón pude ser que te sientas estresado o ansiosos por encontrar el regalo perfecto

Recuerda que dar a los demás no es sinónimo de gastar dinero en detalles costosos, pueden existir muchas maneras de demostrar aquello que vale esa persona para ti sin tener gastos excesivos o sobrepasar tu presupuesto, marcándote una expectativa realista de lo que puedes dar, o brindando ayuda en forma de regalo para los otros. 

No quiero o no me gusta participar en la celebración de navidad.

Existen muchos estándares del cómo deberíamos festejar en estas fechas, y por lo general se espera que sea lleno de actividades, convivencia y reuniones con los seres queridos, sin embargo, es importante recordar y reconocer que todos tenemos formas diferentes de festejar a partir de nuestras experiencias y es válido no ser parte de las actividades si no es algo que realmente deseamos. 

Recuerda que siempre es importante respetar tus límites personales y al mismo tiempo ser paciente con lo que los demás desean para celebrar. Prioriza tus actividades importantes, proponer tu propio plan para festejar, aquel con el que te sientas cómodo y sobre todo procura el cuidado personal, organizando tu agenda, procurando actividades placenteras para ti durante las vacaciones. 

Y por supuesto, recuerda siempre decir y sentirte cómodo con el “no” de ser necesario y comunicar tus necesidades. 

Es importante que recuerdes que no todos estamos disponibles para atravesar estas fechas de la misma manera, y es importante darse cuenta del cómo nos sentimos, y poder cuidar de nosotros en estas épocas que vienen acompañadas de muchas sube y bajas emocionales. Ten en cuenta que si a pesar de esto, sigue siendo abrumador para ti sobrellevar estas fechas, puedes buscar ayuda profesional que te acompañe en el proceso. 

 

Psic. Sofía Vélez

Psicoterapeuta

Desregulación Emocional Severa: cómo acompañar.

 

Desregulación emocional

La desregulación emocional implica la manifestación de emociones y conductas desbordadas, que pueden abarcar autolesiones, automutilaciones, consumo de drogas, estallidos de violencia, agresiones, o hasta amenazas o intentos de suicido.

Cuando esta situación involucre a personas que nos importan y amamos, resulta confuso, doloroso y angustiante ser testigos y no saber qué hacer, sentirse desesperado e impotente es un motivo de consulta entre los familiares y allegados a personas con desregulación emocional severa, porque es necesario saber qué hacer y cómo manejarnos con nuestros seres queridos.

Si te identificas algunas de estas conductas y sentimientos es probable que tengas a un familiar, amigo(a), pareja que esté atravesando por una alta desregulación emocional. Entonces te invito a leer el resto del blog y descubrir qué significa este concepto, cuáles son las causas, consecuencias; y, sobre todo, cómo puedes acompañar y asistir a tu ser querido durante todo este proceso.

¿Qué es Desorden de regulación emocional? 

Es un término acuñado por diferentes profesionales de la salud mental; para referirse a la falta de habilidades de una persona para gestionar la respuesta emocional de forma efectiva. Dicha respuesta suele ser sumamente impulsiva, intensa y desorganizada, a tal grado que suele sobrepasar los hechos propios de la situación que lo originó. 

Es decir, pareciera que estas situaciones desbordan el comportamiento y las reacciones de las personas son desproporcionadas, esto de manera muy recurrente (puede ser cada día o cada semana). Además de que la intensidad y consecuencias de estas respuestas causan sufrimiento y problemas a la persona y en su entorno; llegando a suponer un riesgo para su vida o integridad, o la de los demás, teniendo repercusiones sociales, familiares y hasta legales.

En un ambiente psiquiátrico suele darse el etiquetado y nombramiento de diagnósticos clínicos. Trastornos del estado de ánimo como depresión, distimia, trastornos bipolares, de personalidad como antisocial, narcisista,  límite de la personalidad, disociativos, de la conducta alimentaria etc. Todos estos forman parte del mismo espectro el cual es el DRE, ya que comparten; (con ciertas variaciones) las mismas características mencionadas anteriormente.

Los diagnósticos son útiles para clasificar, identificar y traducir ciertas claves y generalidades, psicológicas, físicas y cognitivas por las que está pasando una persona. Pero no nos alcanza para entender qué hacer exactamente con eso, o cómo abordarlo.

Interesante, ¿no?. ¿Quieres saber más? revisemos un poco de teoría…

Origen del Desorden de Regulación Emocional 

Las investigaciones de la Dra. Marsha Linehan y sus colaboradores nos explican que la desregulación emocional severa tiene un componente temperamental o de vulnerabilidad biológica propio de la persona. Que junto con experiencias o vivencias invalidantes (dónde se niega, rechaza, infravalora o no se atiende la validez de las emociones) durante la infancia o en el pasado, han dado como resultado que la persona tenga dificultad en regular las emociones de forma efectiva en los contextos en los que desarrolla. 

Lo cual se vuelve una bomba de tiempo que estallará cada que se presenten momentos de vulnerabilidad y situaciones detonantes que se asocien a estos factores. Siendo muy difícil para la persona, volver a la calma y salir de un círculo de alta reactividad emocional y conductas problemas recurrentes.

(Para profundizar más en este componente teórico te dejo el este enlace donde se explica con mayor detalle los elementos de la teoría biosocial).

Ahora que comprendemos un poco más las causas y consecuencias del Desorden de Regulación Emocional podemos plantearnos qué hacer y cómo brindar ayuda a nuestro ser querido que lo padece. Para ello te dejo las siguientes:

Recomendaciones para familiares de personas con desregulación emocional:

Busca atención de un profesional de la salud mental

  • Un psicólogo clínico (especializado en un modelo psicoterapéutico con evidencia que trate alta desregulación emocional) es quien te explicará a ti y tu ser querido detalle a detalle, cómo hacer el manejo de las conductas y cómo proporcionar las habilidades necesarias para entrenar la regulación emocional y la resolución de problemas.
  • Un psiquiatra además de dar con el diagnóstico pertinente y brindar un tratamiento farmacológico adecuado y personalizado (el cual es primordial que se de en estos casos), te dirá cuáles son los nombres de los medicamentos, los efectos esperados y adversos de los mismos y el plan y tiempo de tratamiento esperados. 

Aceptación y disposición: 

  • Puede ser difícil para ti y tu ser querido saber que se experimenta Desorden de Regulación Emocional, y que tendrá que aprender a vivirlo como una condición de vida más que como una enfermedad, o algo patológico. 
  • Esto puede generar estigma y un montón de prejuicios. Aprendan poco a poco, que es parte de una serie de variables que ninguno eligió y que, sin embargo, se conjugaron para que se presente tal condición. 
  • Nadie es culpable de esto y al mismo tiempo; son responsables de aprender a afrontarlo de la manera más efectiva posible. Hay que tener las manos dispuestas, para que a pesar de no ser algo deseado, es una realidad que a ambos les tocará transitar y que buscarán hacer algo al respecto.

Investiga y comparte: 

  • Trata de saber lo más que puedas respecto a este tema. Busca información basada en evidencia científica y compartida por profesionales de la salud mental, o por personas que han pasado por esta situación y tienen un sustento e información fidedigna y verídica. 
  • Comparte esto con las redes de apoyo de tu ser querido, (con aquellas personas que de verdad van a apoyar incondicionalmente en el proceso.) 
  • No trates de que todo mundo lo entienda, ni des explicaciones a cada instante, mientras ustedes estén informados y usen esa información en pro de su bienestar será más que adecuado.

Validación y autovalidación:

  • La validación emocional, es dar espacio a las emociones, sentimientos, pensamientos o a tu propia experiencia interna. Es decir, que lo que pasa dentro de ti se vale, y tiene sentido, ya que las manifestaciones emocionales, siempre son generadas por causas o situaciones del contexto, muchas de ellas; ajenas a nuestro control y/o elección. 
  • Comprende y normaliza que lo que sientes o sienta la otra persona es válido y no es ni bueno ni es malo, simplemente está basado una serie de causas y efectos que inevitablemente tocará experimentar.
  •  Valida a tu ser querido, esto es un paso importante para que pueda normalizar las emociones y lo guíes a una resolución más adecuada, también hazlo contigo. 
  • Verbaliza lo que sientes, ves y observas en ti y tu ser querido, entendiendo que lo que ocurre es entendible y que estás ahí para acompañarlo y viceversa.

Realiza un plan de crisis y determinen redes de apoyo:

Un plan de crisis puede contener alguno de los siguientes puntos:

  • Escribe los posibles estímulos que actualmente pueden detonar una crisis, contrarréstalo con estímulos o habilidades que conozcan que pueden funcionar (apóyate también de un profesional de la salud mental que pueda dar sugerencias).
  • Escriban diez pasos a seguir para retirar de objetos, personas, situaciones o lugares que puedan representar un riesgo, y estrategias para volver lo más que se pueda a la calma.
  • Escriban las metas de vida y las acciones que le acercan a ellas o le alejan. Recordando que a pesar de que el malestar sea muy intenso, al mismo tiempo es algo pasajero y las metas de vida son más valiosas y duraderas en el tiempo.
  • Trata de anclarlo (a) al presente, cosas sencillas como que te mencione que día es, que lleva puesto, que hay alrededor y que describa lo que percibe a su alrededor con los 5 sentidos (esto en la medida de lo posible y según el nivel de atención que tenga en ese momento).
  • Elijan por lo menos tres redes apoyo, (en los que incluyan a su psicólogo o psiquiatra con el que estén recibiendo tratamiento) para comunicarse en esos momentos en los que percibas que no se pueda estabilizar tu ser querido. Sus números y direcciones en caso de necesitar resguardo; y tomando en cuenta que esto sea viable. 
  • Considera llevar y tener a la mano números de atención en crisis o de servicios de emergencias en caso de que tu ser querido ponga en riesgo su vida o integridad física.
  • Muestra una postura lo más neutra posible, sin juzgar, evaluando y buscando soluciones. Si está a tu alcance haz uso de otras redes de apoyo. (No tienes por qué hacerlo completamente solo(a) si tienes opciones a tu alcance).
  • Una vez que pase, busca un espacio para tu propia contención emocional.

Autorregúlate y busca tu propio autocuidado:

  • Es necesario que puedas darte un momento para ti mismo (a) después de haber atendido una crisis o de simplemente haber cuidado de tu ser querido.
  • Busca actividades recreativas, hacer ejercicio o alguna actividad física que reduzca el estrés. Mejora el momento viendo alguna película, dándote un masaje, comiendo algo agradable, saludable o simplemente descansando. Si puedes hablar con alguien que pueda validarte sobre esta experiencia (as) difíciles eso también sería de gran ayuda. 
  • Cuida tu sueño, tu alimentación, hidrátate y si es tu caso toma tu medicación. Si conoces algunas estrategias que usa tu ser querido, pídele que te las explique y trata de aplicarlas para ti mismo (a).

Solución de problemas en desregulación emocional: 

  • Piensen en que se presentarán varias dificultades o situaciones problemáticas a lo largo del proceso. Identifiquen el problema. 
  • Nombren y etiqueten las emociones o reacciones que pueden tener al respecto. Hagan una lluvia de ideas pensando en posibles soluciones, valoren las que mejor pueden ayudar al problema. 
  • Lleven a cabo un plan de acción paso por paso, para saber cómo ejecutarlo. Evalúen, corrijan y vuelvan a hacer los puntos anteriores en caso de que sea necesario.

Permitirse equivocarse para aprender: 

  • Llevar a cabo un proceso y un acompañamiento de este tipo será difícil para ambos. 
  • Tener apertura a equivocarnos nos ayudará a propiciar aprendizaje por ensayo y error. 
  • Es indispensable saber que somos seres falibles. Es decir, podemos fallar y no estamos exentos de ello. Incluso después de dominar ciertos aprendizajes o acumular años de experiencia, podemos equivocarnos nuevamente; incluso en contra de nuestra voluntad o deseos. 
  • Ponernos rígidos o criticar los errores, sólo se vuelve más doloroso y aversivo, esto puede ocasionar que tu ser querido nuevamente busque resolver problemas de manera evitativa o poco efectiva, lo que puede ser perjudicial a mediano y largo plazo y hacer que se repita el mismo círculo de conductas problemas.
  • Generar un ambiente donde se puedan exponer a la equivocación puede ser de gran ayuda para generar un cambio conductual o emocional más favorable.

Buscar el mejor tratamiento posible para desregulación emocional e involucrarse de forma activa

Para el tratamiento del DRE existen algunos tratamientos basados en evidencia que son efectivos:

Primeramente, el tratamiento farmacológico, cómo se mencionó al inicio del post, es indispensable en estos casos. Sin embargo, únicamente la administración de fármacos no propicia una mejora en sí misma. Es necesario combinarlo con tratamiento psicoterapéutico, nuevamente basado en evidencia. 

La terapia Dialéctico-Conductual desarrollada por la Dr. Marsha Linehan y sus colaboradores es la que goza con mayor evidencia avalada por las principales instituciones y organizaciones que promueven la salud mental en el mundo. 

Está centrada en la adquisición de habilidades, la validación, la aceptación y el cambio como pilares fundamentales. Consiste en sesiones individuales, asistencia telefónica, combinada con grupos de habilidades para el usuario y sus familiares o allegados. Además de incluir el seguimiento farmacológico.

Si quieres saber más acerca de este tipo de este modelo psicoterapéutico, te dejo la esta liga, donde se describe la estructura completa del tratamiento.

Roles en el tratamiento de la desregulación emocional:

  • Entrar en este tipo de tratamientos implica que tú funjas como agente de cambio para tu ser querido, que participes y preguntes de forma asertiva por el cumplimiento del tratamiento. 
  • Aquello que vaya aprendiendo tu persona querida puedes aprenderlo y aplicarlo para ti mismo (a).
  •  También puedes apoyarlo (a) y motivarlo (a) para que practique y complete el tratamiento. Es necesario tener paciencia y acompañarlo en sus altas y bajas durante el proceso.

Finalmente, me gustaría reafirmarte que sé que tú ser querido y tú han tratado de hacer lo mejor por resolver esta situación con los recursos que tienen, pero quizá después de leer todo esto, tengan otra perspectiva y herramientas las cuales pueden emplear. Sí es así, me gustaría que puedan compartir esta publicación para que llegue a más personas que puedan necesitarlo, te agradezco tu atención y esfuerzo por haberme leído y te comparto una guía complementaria cortesía de “Psiconecta».

 

Psic. Jorge Urias

Bibliografía y referencias:

Boggiano, J. & Gagliesi, P. (2018) “Terapia dialéctico conductual, introducción al tratamiento de consultantes con desregulación emocional”. Editorial tres olas: La Plata, Argentina.

Elices, M. & Cordero, L. (2011) “Terapia dialéctico conductual para el tratamiento del trastorno límite de la personalidad Psicología, Conocimiento y Sociedad.” Revista Psicología, conocimiento y sociedad: Montevideo Uruguay.

Vázquez-Dextre, E. (2016) “Terapia Dialéctico Conductual en el trastorno límite de personalidad: el equilibrio entre la aceptación y el cambio” Revista Neuropsiquiatr Num. 79: Lima, Perú

Soto, P. et all. (2015) “Manual para familiares (o cuidadores) de personas con trastorno de personalidad”.      Pontificia Universidad Católica de Chile. Psiconecta, MIDAP: Santiago, Chile. 

psicofarmacologia

La Importancia de la Psicofarmacología en el Tratamiento de Trastornos Mentales

La psicofarmacología es una rama de la psiquiatría que se enfoca en el uso de medicamentos para tratar trastornos mentales. Estos medicamentos pueden ayudar a aliviar los síntomas de condiciones como la depresión, la ansiedad, el trastorno bipolar y la esquizofrenia. Aprende más sobre la psicofarmacología y cómo puede ser beneficiosa en el tratamiento de los trastornos mentales.

¿Qué es la psicofarmacología?

La psicofarmacología es una disciplina que se encarga del estudio de los efectos de los medicamentos en el cerebro y en el sistema nervioso central. Su objetivo principal es utilizar fármacos para tratar trastornos mentales y mejorar la salud mental de las personas. 

Estos medicamentos pueden actuar sobre diferentes neurotransmisores y sistemas de señalización en el cerebro, ayudando a regular el estado de ánimo, reducir la ansiedad, estabilizar el humor y mejorar otros síntomas asociados a los trastornos mentales. La psicofarmacología es una herramienta importante en el tratamiento integral de los trastornos mentales y en combinación con un modelo de terapia basado en evidencia, es el tratamiento ideal para la mayoría de los trastornos mentales. 

Tipos de medicamentos utilizados en el tratamiento de trastornos mentales.

Existen diferentes tipos de medicamentos utilizados en el tratamiento de trastornos mentales. Algunos de los más comunes incluyen los antidepresivos, que se utilizan para tratar la depresión y otros trastornos del estado de ánimo; los ansiolíticos, que se utilizan para reducir la ansiedad y los síntomas de pánico; los estabilizadores del estado de ánimo, que se utilizan para tratar trastornos como el trastorno bipolar; y los antipsicóticos, que se utilizan para tratar la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos. 

Estos medicamentos deben ser recetados por un médico especialista en Psiquiatría y es importante seguir las indicaciones y dosis recomendadas para obtener los mejores resultados en el tratamiento de los trastornos mentales.

Importancia de la colaboración entre médicos y psicólogos en el tratamiento integral de los trastornos mentales.

La colaboración entre médicos y psicólogos es fundamental en el tratamiento integral de los trastornos mentales. Mientras que los médicos especialistas en psiquiatría son responsables de recetar y ajustar los medicamentos necesarios, los psicólogos diseñan programas de tratamiento para modificar los comportamientos que forman parte de la problemática, brindan estrategias de regulación emocional ante las reacciones emocionales y ayudan a las personas a tener una una visión más funcional y realista de sí mismos, su contexto y su futuro.

Esta colaboración permite abordar los aspectos biológicos y psicológicos de los trastornos mentales de manera conjunta, lo que puede conducir a mejores resultados para los pacientes. Además, trabajar en equipo también permite una comunicación más fluida y una comprensión más completa de las necesidades individuales de cada consultante.

Equipo IJPCC

 

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Ser mamá sin tu mamá

 

 

El 10 de mayo puede ser una fecha de muchos matices para las mamás que pasamos este día sin nuestra madre; quizá especialmente para quienes celebran por primera vez este día como mamás.

Este es el sexto 10 de mayo sin la presencia física de mi mamá, ella fue un apoyo fundamental cuando me convertí en madre, tuve la fortuna de que estuviera presente en el momento en que nació mi hijo y de que me ayudara en mi “debut” para hacer algo totalmente nuevo y retador para mí.

Ser mamá es una labor sumamente ardua, donde no hay descansos y no se pagan horas extras, y es en esta etapa en la que es muy frecuente reconectar con el papel que nuestra propia madre tuvo en nuestras vidas. Cuando nuestra madre ha muerto, podemos experimentar una serie de sentimientos, casi todos enmarcados en la tristeza.

Si al igual que yo vives esta fecha sin tu mamá, me gustaría compartirte algunos puntos que pueden ser un apoyo en este día:

      • No importa cuanto tiempo haya pasado desde que tu mamá murió, las emociones que aparecen alrededor de estos días (tristeza, coraje, nostalgia, etc) son normales. Esto no quiere decir que vives un duelo complicado. Sin embargo, si notas que es algo muy difícil de afrontar pide ayuda profesional, no tienes que vivirlo sola.
      • Tal vez ahora tienes mucho más claros los esfuerzos que implica el ser mamá y eso puede ser una especie de botón que activa emociones como la culpa y el reproche o pensamientos que inician con “si hubiera…”; dales su espacio porque también son parte de la experiencia de vivir un duelo por la muerte de mamá.

      • Este también es un buen día para hacer algo que te haga sentir cerca de ella, haz lo que esté bien para ti; comer lo que a ella le gustaba, visitar los lugares que compartían o llevarle flores a donde descansa su cuerpo. Cualquier cosa estará bien si eso te puede hacer sentir reconfortada.

      • Tal vez también sea valioso festejar, recordar que ella sigue presente en ti, en todas esas cosas que te enseñó y que, con todo y sus errores, seguramente hizo lo mejor que pudo.

    Si algo he aprendido en este tiempo, es que los duelos y la forma de vivirlos depende de cada uno y que la única constante es que, si le abrimos espacio al dolor, podremos ver con más claridad que nos puede ayudar a aligerarlo y seguir viviendo, quizá como a ella le hubiera gustado que viviéramos; sobre todo en nuestra faceta de mamás.

    Recuerda que el amor no acaba con la muerte y el dolor de su partida es una huella de que ese amor existió y sigue viviendo dentro de ti. 

    “El peor defecto que tienen las madres es que se mueren antes de que uno alcance a retribuirles parte de lo que han hecho. Lo dejan a uno desvalido, culpable e irremisiblemente huérfano. Por suerte hay una sola. Porque nadie aguantaría el dolor de perderla dos veces”
    Isabel Allende

    Te abrazo inmensamente,

    Picture of Mtra. Mónica García

    Mtra. Mónica García

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    Encontrándome entre la Bipolaridad

    Escrito por «Fix U», una consultante que considero muy valiente, que entre las herramientas que ha descubierto que le funcionan está el teatro, particularmente el monólogo y el escrito que presenta a continuación le ha funcionado para comprender y aceptar la condición con la que vive, a la par de practicar la compasión y la responsabilidad de la misma.

    Con el objetivo de visibilizar las experiencias que pueden vivir las personas con trastorno bipolar, ha decidido compartir la suya.

    Gracias Fix, por permitirme acompañarte.

    Vivir con trastorno bipolar

    «He escuchado o leído varias veces “andas bien bipolar”. Utilizando la palabra no tan literal, suena vago, esporádico o incluso gracioso, pa’ acabar pronto, indiscrimidamente, pero bien discriminados algunos cuando de confesar a una sociedad que esto no es una “simple broma”.

    Hace algunos ayeres, era un fin de semana estaba en casa de mis papás. Porqué razón estábamos reunidos, realmente no lo recuerdo, pero recuerdo bien ese momento. Estábamos en la cocina preparando algo, que no recuerdo, y de alguna manera salió la plática sobre “ruidos”, y recuerdo que expresé – “sí, como cuando escuchas voces por la noche y no te dejan dormir” – mi hermana se acercó y dijo – “¿desde cuándo escuchas voces?” –.

    Ese momento fue el inicio de mi vida por las entrevistas extensas en los hospitales con paredes blancas, las personas que todo lo pondrán en duda, te solicitarán que acudas con alguien acompañado porque querrán saber tu avance en el último mes porque tu realidad puede que no sea la que crees, las citas con humanoides que algunos te escucharán y juzgarán moralmente, otros no tendrán ni idea de lo que hacen ahí y algunos otros, con más preparación te confrontarán y la incomodidad será tu nuevo amigo mental al que odiarás y amarás dependiendo de que tanto desees avanzar en cuanto de honestidad se trate.

    Había vivido la vida pensando que lo que hacía pues así se daba, nomás, sin ninguna explicación, de momentos me sentía con toda la energía por solucionar todo lo que los días de entumecimiento me quitaba. Ahora, y no desde hace mucho tiempo, me di cuenta de que, tengo problemas para identificar quién soy sin estar en alguno de los estados, ¿qué difícil no saber quién soy?.

    Se que no existe la normalidad, lucho cada día desde mi profesión con enseñar mentes que somos una comunidad neurodivergente pero tan pronto lo expreso, que veo como lo creen y es a través de ellos que voy creyendo que eso es posible.

    Son ellos quiénes me permiten saber que “no se quién soy sin esto” y lo más complicado, me he acostumbrado a vivir más con alguna de mis versiones que, hasta le he ido a pedir ayuda para que me acompañe aún cuando sé que mala copea bien “perro gacho”, así es, la he nombrado “Fixyulienta” (Hipomanía).

    Sin embargo, cuando ésta se va, aparece la otra versión de Fix, a ella la he llamado como “F”, tan corto porque es lo que deseo que dure. En cuestión figurativa se parece a “Tristeza” de la película “Intensamente”.

    He normalizado actuar intensamente comparado con el promedio de la población y para mí, esto está es parte de vivir y lidiar conmigo misma. Pero para los demás eso es como exposición constante de radiaciones de energía que resulta agotador ver tanto de alguien y no comprender cómo alguien camina y no se cansa de hablar y hablar y hablar, sobrepensar la película que ha visto 30 veces en la última semana, escuchar la canción que, aunque ya la escuchado 20 veces en el día y te ha dicho que la escuches, no basta con eso, te dirá la historia de esa canción y hasta la vida personal del artista y el lugar de nacimiento de cada compositor.

    Pero también puede llegar a normalizar dormir con un excremento de un perro – literalmente hablando – por días al lado de la cama y no molestarse por limpiar, porque cerrar la puerta es la mejor solución y no verlo es la solución más práctica en ese momento, sigue en ese cerebro siendo la acción más factible así lleve más de cuatro días y el olor resulte molesto, “ojos que no ven, nariz que no percibe… o se esfuerza con un gran poder de indiferencia”. Esa ha sido un poco de cómo he vivido en este mundo, “hacer un chingo y hacer ni nada”.

    Mis días con episodio depresivo

    Aproximadamente en enero 2022 desperté un día, me senté sobre la orilla de la cama y pensé, «¿por qué te sigues esforzando por despertar si nada realmente importa si tú te vas?». Me di cuenta de que me había quedado sin motivos para seguir viviendo. Simplemente, ya no había más de lo que mi cuerpo fuera capaz de dar.

    Me sentía cansada de esto que se le llama vida. Conservo la fotografía en mi mente de como me percibía, y peor aún, de cómo me sentía. Mis pies colgaban de la cama y demoré aproximadamente 15 minutos buscando entre toda la miseria, al menos un motivo para pisar el suelo y comenzar de nuevo.

    Pensar simplemente que, al pisar el suelo un día más, tenía que prepararme a la decepción de mi vida personal y profesional, ya no quería más de eso. Podía sentirme en esa cama, como un saco de desilusiones. Como cuando ni siquiera te sientes tu.

    Mi cuerpo estaba tan rígido que me dolía sostener cada parte de mí. El dolor era tan insoportable que podría pensar que era proveniente más allá de la materia física, esa sensación de dolor era sobre cada pensamiento que rumiaban en mi cabeza que eran capaz de electrocutar lo poco que quedaba de “F” y las lágrimas que generaban cada pensamiento en forma silenciosa era vehículo perfecto de transporte para conducirse de manera interna tal cual utiliza el mecanismo explicado en física de bioimpedancia eléctrica, donde el agua es el medio de conducción perfecto para que la corriente de energía puede conducirse a través del cuerpo y generar la lectura y así, conocer la composición del cuerpo.

    Asimismo, se podrá generar, una evaluación nutricional, sin embargo, aquí la única interpretación posible será sobrepensamientos de miseria e inmundicia cohabitando el cerebro de “F” y que son suficientes para hacerla creer que la interpretación de su bioimpendancia es, “no existen más motivos para continuar en este mundo”.

    Finalmente, 15 minutos después, tiempo doloroso, sin más que dar, me levanté, lo hice, pise el suelo.

    La realidad es que no lo hice porque quisiera hacerlo. Lo hice porque sentía presión de que, mi hermana y mi cuñado, ya se encontraban preparando el desayuno y buscaba evitar que dijeran: “Fix, ya párate, ven a ayudarnos”. En ese momento, sabía que eso no podía aguantar, no porque me molestara, sino porque para mí, confirmaba que tal ves no era capaz de poder servir en algo, era esa doble confirmación de ser inútil aún cuando se está siendo inútil.

    Recuerdo que por mi mente se atravesó el pensamiento: “yo no necesito ayudarlos, lo que necesito es saber por qué realmente quiero vivir”.

    Lo único que podía saber en ese momento, es que ya estaba cansada de seguir despertando de esa manera, tampoco es algo que se quite con una tableta milagrosa. Me había dado cuenta de que para ese momento, cinco tabletas al día manejaban mi vida, mi estabilidad, la total estabilidad no dependía de mí, dependía de un fármaco. ¿Cuánta hipocresía hay de mi cuando predico que lo más valioso del humano es que somos de los pocos seres vivos de poder decidir en este mundo sobre lo que queramos hacer, cuándo queramos hacerlo, cómo queramos hacerlo? Si vives con Bipolaridad sabes que no es del todo cierto.

    Cuando los pensamientos suicidas volvieron a ser una opción de tratamiento inmediato no revocable sabía que no era la mejor solución para el mundo estacional que vivía. Pero, si decidía terminar con mi dolor, sabía que el lugar donde coloqué a mi hermano y papá perdería todo chance de volver a verlos, de encontrarme con ellos, porque en ese lugar, yo había puesto la premisa que, para entrar a ese lugar, no era haciendo trampa, o sea, no era suicidándote, inconscientemente, he colocado mi propio candado para no hacerme daño o bien, cobardemente si así se quiere ver, es mi pretexto para no suicidarme/matarme.

    Y aun cuando sabía que era un motivo suficiente para no hacerlo, sabía que había fracasado en otra cosa en mi vida, no suicidarme. ¿cómo es posible que aun cuando te aferras a vivir terminas siendo un cobarde?. Alguien me dijo: “paradójicamente aferrarse a vivir, cuando quieres morir es un acto de mucha resistencia y valentía”.

    Leí esto y recordé mi vida en ese momento y pensé, realmente no me sentía una valiente oponiéndome ante la resistencia. Sentía que seguía viva porque compartía un espacio físico con unas personas que de alguna manera simulaban ser mi centro de rehabilitación doméstico para evitar mi suicidio.

    Y, ¿cuánto tiempo estuve viviendo este episodio? Ese ha sido el más largo que he vivido, fueron:

    • Seis meses pensando en todo lo que he perdido, es demasiado para soportar.
    • Seis meses de comer sin tener hambre. Jamás había masticado tan fuerte deseando poder destrozar cada pensamiento y que todos desaparecieran de una vez.
    • Seis meses de dormir demasiado para olvidar y a la vez, no dormir lo suficiente porque me aterraba sentir que podía perder los motivos que me mantenían viva si me dormía.
    • Seis meses de rehusarme a bañarme, porque me dolía sentir que el agua no era suficiente para quitarme el dolor que no podía lidiar.
    • Seis meses de permanecer el mayor tiempo posible en la taza del baño, porque al menos lo que depositara ahí tenía la fortuna de ir a otro lado del que yo no podía alcanzar.
    • Seis meses de manejar sin recordar cómo había llegado a otro lugar.
    • Seis meses de mantener una irritabilidad constante perdiendo el control en donde, una vez intenté atropellar a un motociclista porque se pasó el alto y quería verlo muerto. Mi intento de “buscar justicia” era volverme una homicida, ¡Vaya manera de buscar justicia!
    • Seis meses de pasar por momentos en donde la música que me trae a la tierra sentía en ese momento que me llevaban al infierno, no toleraba las voces en las canciones.
    • Seis meses de evadir a mis sobrinos en medida de lo posible porque su alegría por verme me hacía sentir que no merecía una sola muestra de amor. Me comportaba fría pero llena de miedo por la decepción que sentía por no darles el mínimo que necesitaban.
    • Seis meses de sentirme culpable porque aún seguía con vida y ellos ya no. No sabía como existir en este mundo sin ellos y pensar en que solo existían en mi memoria y que ésta cada vez iba recordando menos, me generaba tanta asfixia que sentía como sus voces iban desapareciendo y al eco es lo que me seguía aferrando en ese silencio expresado en un llanto gritado sin voz pero con el objetivo que mis quejidos me permitieran seguirlos escuchando aunque sea un poco más.
    • Seis meses trayendo reproches antiguos de porqué no pude localizar su ubicación o porqué no lo encerré hasta que hubiera una vacuna que le permitiera lo que ahora, ya muchos tienen, una oportunidad más.
    • Seis meses de pensar que mi sobrenombre “Fix”, representa un absurdo porque ni siquiera expresaba conductualmente lo que significa la palabra.

    Mis días con episodio hipomaníaco

    ¡Ulala! La Perra Empoderada que muchos desean y es a la que nosotros, la recibimos con manteles y banquetes sin problema alguno. Se siente como, si no tuviera miedo, y no sentir eso, para mí, es increíble.

    No se exactamente describir cómo es que llega esta energía. Es tan parecido como cuando te subes a un auto y este lo aceleras a más de 160 km/hr y el primer impulso que percibes, esa sensación es constante, tan adictiva que, es tu momento y no puedes desperdiciar ni un solo momento porque tiene fecha de vencimiento para su consumo. Esta hiperdosis de energía que se inyecta en mi organismo es una cantidad de confianza bruta que actúa tan bien en mí que no hay Outfit que le tenga miedo a probármelo.

    Recuerdo muy bien estos momentos en mi periodo universitario. Pasaba horas encerrada en la biblioteca, aspirando todas las letras posibles de algún tema que olvidaba el tiempo. Los policías muy continuamente me pedían que ya era hora de irme porque la universidad había cerrado. Pero pasaba de estar sentada de la silla color verde de la biblioteca a estar sentada en la silla color negra de la sala del departamento.

    Repetidas veces olvidaba que debía comer. Me levantaba de la silla para ponerme otra ropa y alistarme para ir a las clases. Ya había amanecido y seguía sin tener necesidad de dormir. Tenía energía y debía aprovecharlo. No me bañaba todos los días, lo hacía cuando mi amiga me recordaba que era hora con una celebre frase: “Fixulienta, es hora del baño porque ya andas bien mal oliente”. No recuerdo cepillarme los dientes por la noche repetidamente. No aseaba la habitación, no dormía en esa cama por varios días, por supuesto que esa cama era más ropa amontada de prendas sucias que de recuerdos de haber descansado. Pasaba más de 72 horas sin dormir y con dos a tres horas que durmiera en donde me cayera el día era suficiente para continuar mi “rutina”, la energía era inmensa y casi inagotable.

    A la mitad de la carrera, empecé nuevamente a beber. Cada jueves y viernes salía a donde el ruido no me permitiera sobrepensar. El resultado de una de las tantas noches, congestión alcohólica y lo más extraño, es que sucedió en el semestre que recibí premio por excelencia académica. ¿Quién se va a atrever a cuestionar a la alumna sobre un problema de alcoholismo si va “bien” en sus notas académicas? Lo importante es que salga bien y lo demás no importa. Recuerdo que salí de fiesta un jueves, el viernes desperté en el hospital y por la tarde viaje a la Ciudad de México porque el día sábado tenía un concierto, Franz Ferdinand, entre los mejores conciertos que puedo recordar que he pasado, nada parecía en mi mundo estar mal.

    Para cuando decidí ingresar a la maestría, sabía bien que aún no estaba titulada de licenciatura y solicité que se me permitiera iniciar el programa y a la par, me comprometí a terminar la tesis de licenciatura y cubrir la maestría. Terminé mi primer semestre con notas “altas” y tesis terminada. Pausé por unos meses la redacción de mi tesis de maestría, que, por cierto, la hice en colaboración con la maestría en biotecnología, situación que me llevó, de alguna manera, a cursar de manera simultánea dos maestrías, pero un día desperté y empecé a trabajar y en tres semanas había finalizado todo lo que había abandonado por nueve meses.

    No dormía lo suficiente nuevamente, comía porque me recordaban que era de comer, me bañaba porque me pedían que debía hacerlo, y eran nuevamente los mismos comportamientos, descuido en muchas cosas, hiperconcentrada en otras.

    Darme cuenta

    ¿Esto realmente me conflictuaba? La verdad, no. Para mí, ser funcional en al menos una cosa no representaba que había un problema importante. Era buena en algo y eso importaba. Es como el dicho, tu sigue, aunque el mundo se caiga a pedazos. La realidad, mi realidad, vivir así ha implicado que he dañado a personas que amo.

    Hace poco, la psicóloga me cuestionó que con cuántos hombres estaba involucrando virtualmente y le dije: “pocos, tal vez con tres”. Al revisar mi teléfono y darme cuenta de que estaba teniendo implicaciones en mis tareas laborales, eran diez personas con quienes enviaba mensajes y eso ocupaba gran parte de mi día, mi energía y mi atención.

    ¿Quién en sus cinco sentidos acudiría o pensaría que algo no está bien, que necesitas ir al psiquiatra, porque eres muy funcional? Esas fueron las palabras del Dr. H y tiene razón, mi cerebro realmente no lo cuestiona, aunque para otros es ilógico que no lo considere, para mí, en ese momento, la lógica no esta al alcance de mi cerebro. Tan es así que escuchar voces o sentirme más grande que un camión parece ser algo normal.

    Así es como hemos encontrado “L” y yo que es el inicio de episodios hipomaníacos. Las alucinaciones en mi cerebro se ven expresadas en la sensación tan increíble de que mis manos se sienten como si fueran deltamaño de HULK y tomar los objetos es casi imposible. Algunas otras veces los objetos a mi alrededor lucen tan pequeños y yo soy una humanoide tan enorme.

    O bien, puedo escuchar muchas voces de personas hablando al mismo tiempo de diferentes edades y, aunque no entiendo nada de lo que dicen, es tan interesante como mi mente y la “Fixulienta” se coloca frente a ellos y trata de ponerles atención en el intento de saber qué demonios están hablando.

    Esos son algunos de los comportamientos que vivo cuando tengo episodios hipomaniacos o depresivos, vivo en la incertidumbre de no saber el momento en el que tocarán mi cerebro y se aparecerán, ya sea para hacerme muy funcional o convertirme en una basura. Tengo la necesidad de confirmar con los demás si algo está bien, y eso termina siendo de mi parte muy demandante para los demás.

    Me he preguntado, ¿extrañas alguno de ellos? La respuesta es sí. En definitiva, no a los episodios depresivos, pero sí extraño vivir con estados hipomaníacos tanto que los he propiciado indirectamente para cuando se que necesitaré de “Fixulienta” para sacar algún proyecto y se perfectamente que de ese cerebro sobre estimulado emanaran todas las ideas que requiero en este momento.

    Soy funcional para lo que la sociedad demanda, e incluso más. Las ideas explotan de mi cabeza, pienso que puedo hacerlo sin miedo por enfrentarme al probable fracaso, no necesito dormir demasiadas horas porque la noche también puedo trabajar. Camino por las calles sintiendo que soy increíble en todo lo que hago. Paso de ser la persona que camina con miedo a ser la persona que si le preguntan – “Oye, ¿por qué hacer eso?”- ella responderá – “¿por qué no?”.

    ¿Quién soy?

    Pero también, con todo esto que he vivido, me he preguntado entonces, ¿quién eres cuando no atraviesas bipolaridad? Es triste darte cuenta de que no sabes quién eres. Empezar a creer que un trastorno te identifique porque la lista de síntomas te representa y olvidas quién eres.

    Cuando me preguntan, ¿qué quieres hacer?, ¿qué quieres comer?, ¿qué planeas a futuro con tu vida? Puedo sentir un dolor en el pecho, porque lo único que puedo decir es: “No lo sé”. Me provoca ansiedad no cubrir con eso que necesitan escuchar. No puedo decidir qué comida pedir cuando voy a algún lugar. Muchas veces pido lo que los demás piden. No puedo responder mensajes que parecen fáciles. No puedo confrontar argumentos porque me he cansado de discutir. No puedo decidir qué ropa ponerme todos los días. Uso casi siempre lo mismo porque resulta cansado seleccionar. Una alumna un día me cuestionó que cómo era posible que siendo tan brillante enseñando clases tan complejas consumiera los mismos alimentos todos los días. Le explique con un fundamento sin darle mi diagnóstico, porque aún sigo asistiendo a mi lugar de trabajo siendo una anónima de mi diagnóstico y gritando conductualmente BIPOLARIDAD.

    Puedo reconocer que tengo momentos estables, en términos médicos, en eutimia. Pero ¿cómo aprendo a convivir conmigo misma no teniendo el caos de la hipomanía o de la depresión? De alguna manera, estar en esos estados me permitía la justificación. No me lavo las manos de lo que hago y puedo no ser responsable para mi o para los demás, pero lo que he sentido, es como si conociera a alguien y tengo que lidiar con la incertidumbre de no saber cómo va a reaccionar.

    Me siento en la incertidumbre, y si bien, cuando no estoy atravesando el caos y me siento “afortunada” pero aún así duele y cuando me doy cuenta sucede que solo estoy atravesando la vida cruel, y por algunos instantes, preferiría estar en hipomanía, al menos ahí, puedo divagar en un mundo que me da la valentía para continuar entre tanta podredumbre del que mi alrededor llama “rutina”, “normalidad”, “portarse bien”, “encajar en sociedad”, “neurotípicos”, etc.

    Son pocas las personas de mi círculo social que saben que vivo con bipolaridad. Oculto mi trastorno porque mencionar de manera indiscriminada que vivo con ello, proyectan escenarios que no son reales, no es lo que dicen los memes. No pasamos de estar ‘re bien’ y en un segundo estar ‘re mal’, no es así.

    Por ahora, no soy un peligro para mi misma o para los demás. Cuento con la información necesaria sobre qué hacer si vuelvo a presentar una depresión mayor y dónde puedo hospitalizarme. Se que puede volver a pasar, las disociaciones también son parte de vivir con bipolaridad, volver a tener un episodio depresivo o hipomaníaco.

    Llevo un tratamiento médico que innumerables veces he querido abandonar por vivir un momento de hipomanía y que, en algunos momentos, justifico la prolongación de su compra e induzco a “Fixulienta” pese a que se que “F” también viene consigo. Sin embargo, dejar el tratamiento no me asegura que quien toque mi membrana cerebral sea siempre “Fixulienta”.

    Así que, ante diferentes cambios que han sucedido con el paso de los meses, actualmente 200 mg de topiramato y 36 mg de metilfenidato (algunas veces tomo dos tabletas porque qué puede pasar), para mi trastorno por déficit de atención e hiperactividad, dos litros o más de agua al día, terapia psicológica cada quince días, baños diarios, comer al menos tres veces al día, suelo hacer ejercicio intenso para mi condición por días y después lo abandono por muchos más días, aún continuo luchando contra la resistencia. Me mude de la Ciudad de México y me vine a vivir a un lugar donde la “comodidad” radica en qué tanto puedes con tus pensamientos y esa batalla es entre las más fuertes para alguien como nosotros.

    Es gracioso cuando los alumnos o entrevistas de trabajo me cuestionan cómo me visualizo en los próximos meses o años. Mi cerebro piensa, no se cómo me veo en los próximos cinco minutos. Pero he intentado visualizar ese escenario y creo que de todas las maneras posibles que lo he imaginado todas conservan un patrón común, paz.

    ¿Qué busco?

    Teatro me regaló eso, aparte de mi profesión, realizó teatro y proyecto eso en mis clases siendo docente-investigadora desde mi área profesional. El arte me salvó y la improvisación en escenario fue el único lugar donde la Bipolaridad era un privilegio. Bipolaridad necesitaba ser expresada y Bipolaridad era arte y no era juzgada, Bipolaridad era solo otra manera de neurodivergentemente abrazarla, abrazarme y gritarlo hasta llorar y treinta minutos resumían paz entre un caos vociferante de manías y silencios acuchillantes.

    Ese es mi más grande reto, vivo constantemente en el caos, me gusta el caos, aunque algunas veces lo quiera negar, el caos me mantiene alerta, no me aburre, me abruma y de alguna manera me gusta. He vivido durante diferentes etapas de mi vida momentos de dolor, algunos que quiero olvidar y cuando siento que ya no duelen, los traigo de nuevo porque me da miedo soltarlos y solo saber que me siguen doliendo hacer que mi cerebro aún siente que siguen presentes, esa es mi mente alimentándose del caos.

    La paz es lo que anhelo y alejo, anhelo tener lo que sea suficiente para no sentir la necesidad de traer los momentos de adrenalina para sentirme yo, probablemente aún no llego a esa etapa de saber quién soy sin eso que he vivido por mucho tiempo, probablemente aspiro algo que no conozco y probablemente no me agrade si lo llego a alcanzar, pero hasta este momento, puedo saber que en mis próximos cinco minutos podría decir que en mis próximos cinco años podría querer paz.

    Últimamente he pensado continuamente un recuerdo de Fix con nueve años jugando con sus hermanos a las escondidas y la escena se ha recreado así:

    “Sigue jugando a esconderte de lo que no quieras, pero por favor, no te escondas de ti misma.
    Sigue corriendo, sigue jugando, sigue sonriendo.
    No te olvides, búscate entre los medicamentos y entre los episodios.
    Estarás todavía ahí.
    Vas a pensar que te han absorbido hasta tu esencia, y lo han hecho de alguna manera. Pero, recuerda, siempre respira.
    Sal de ese escondite detrás del árbol y párate en el patio con tierra y grita:

    ¡Te encontré FIX!

    El mérito del escrito y los logros es de Fix, yo sólo tengo la fortuna de acompañarla.

    Mtra. Laura Gomez-Llanos

    Psicoterapeuta

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    Autocriticar, ¿me sirve?

    La autocrítica con frecuencia es un común denominador en la mayoría de los problemas psicológicos o emocionales, implica una manera muy particular de pensar que generalmente involucra una buena cantidad de juicios hacia nosotros mismos.

    Ese mismo curso de pensamiento o voz en nuestra cabeza genera un patrón en el cual tendemos de manera constante a juzgarnos, maltratarnos e incluso a violentarnos verbalmente, a esto le podemos llamar autocrítica excesiva.

    ¿Qué es la autocrítica excesiva?

    La autocrítica per-se no es mala, ni buena. Es una conducta que puede resultar muy funcional para ayudarnos a mejorar en algunos aspectos que lo necesitemos, sin embargo cuando nuestros pensamientos o verbalizaciones hacia nosotros mismos tienen una buena carga de adjetivos calificativos negativos y esto nos hace sentir tristes, avergonzados, desmotivados, o podemos notar un impacto a nuestro autoconcepto al sentirnos incapaces o sin valor definitivamente estamos hablando de un exceso de autocrítica que no es funcional.

    Cuando hablamos de autocrítica,  la vergüenza y culpa juegan un papel importante y puede derivar en una gran variedad de problemas psicológicos incluyendo depresión, desregulación emocional, trastornos alimenticios, adicciones, y trastornos de ansiedad. 

    Cuando se ha asociado a una problemática psicológica, la autocrítica puede empeorar la situación, desafortunadamente en nuestra sociedad todavía hay bastante estigma e ideas equivocadas con respecto de la valía y capacidad de las personas, lo cual con frecuencia detona y mantiene un discurso interno bastante cargado de agresión que impacta en la idea en el autoconcepto.

    Pensar que no somos capaces  o merecedores de amor/empatía por tener una condición, considerar que valemos menos y decirnoslo constantemente es una doble agresión un tipo de auto-bullying, lo cual potencializa aún más estas problemáticas y limita la probabilidad de hacer algo para salir de esa situación, a veces paralizándonos. 

    ¿Existe la autocrítica positiva?

    En muchas ocasiones, la autocrítica excesiva se ha normalizado porque hay personas que la utilizan como una forma de motivación,  les podemos escuchar diciendo frases como “¡levántate imbécil, no seas flojo!”, “¡esfuérzate más maldito flojo!”, “¡eres un idiota por equivocarte, eso lo deberías de saber! “, aunque para muchos de nosotros la agresión contenida es evidente, para quienes las utilizan es un discurso al que están muy acostumbrados, lo que ocasiona que para “motivarse”, cada vez tenga que subir más el tono y por ende la agresión de sus frases. 

    Cuando hay una fusión con un discurso autocrítico, las frases como  “no soy suficientemente bueno”, “no merezco empatía”, “no valgo nada”, “no merezco” son frecuentes, es completamente normal que hablarnos así nos provoque culpa, vergüenza, ansiedad o tristeza. Una respuesta común ante estas emociones es el escapar de ellas o evitarlas,  lo cual mantiene el problema a largo plazo.

    Alternativas de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) para la autocrítica

    Compasión

    La  compasión tiende a evocar maneras muy flexibles de responder y de comportarnos día a día, pues gira en torno al cuidado y la cercanía con los demás. En la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) la autocompasión es una herramienta con la que se trabaja de manera constante, se practica en conjunto con las siguientes actitudes.

    Aceptación

    Aprender a vivir y estar (o sea sentir) en las experiencias, tal cual son, y la autoaceptación incluye experimentar lo que nos provoca la autocrítica, reconocer que tenemos esas características -o una parte de ellas, porque a veces la autocrítica nos hace exagerarlas- y reconocernos humanos e imperfectos y que eso está bien.

    Defusión

    Implica tomar distancia y ser concientes de los pensamientos críticos que estamos teniendo para separarnos de las etiquetas o juicios que provocan el malestar. 

    Una nueva visión del Yo

    Autopercibirbos de una manera diferente a lo que ha sido hasta ahora nos ayuda a contactar con la noción de que somos más que las historias (a veces de terror) que nos contamos sobre nosotros, donde radica la autocrítica.

    Contactar con el momento presente

    Nos permite desarrollar la habilidad de responder flexiblemente a las emociones, juicios y crítica de nosotros, hacia nosotros,  no engancharnos en el mejor sentido de la palabra, darnos cuenta de que SI está pasando en este momento.

    Reconocer mis valores

    Para  enfocarnos en lo que es más importante y valioso para nosotros, lo que nos hace sentido, lo que nos acerca a ser felices si queremos verlo así, aquello que aunque en un primer momento no sea agradable nos hace sentir bien, como cuidar y ser cálidos con nosotros mismos.

    Tener acciones comprometidas

    Elegir lo que hago o cómo afronto las situaciones que sea afín a mis valores, si para mí es importante tratarme compasivamente, mis acciones comprometidas estarán orientadas a cuidar las palabras que uso conmigo mismo, a tratarme suavemente, estar pendiente de lo que necesito e intentar cubrir mis necesidades.

    Como todas las situaciones que nos generan malestar, la autocrítica puede ser dificil de erradicar aunque las estrategias para afrontarla sean muy sencillas. Que no sea fácil es normal, a veces tendemos a ilusionarnos con soluciones demasiado fáciles para situaciones difíciles, si no puedes hacerlo solo, no es que haya algo malo contigo, es que necesitas apoyo y eso está bien, si esta forma de afrontar la autocrítica te hace sentido acercate a un terapeuta que trabaje con Terapia de Aceptación y Compromiso, en el IJPCC existen profesionales que dominan estos modelos basados en evidencia y pueden apoyarte. 

    Psic. Gerardo Ramírez

    Psicoterapeuta

    Si quieres conocer más de la Terapia de Aceptación y Compromiso, puedes consultar nuestro Blog

    Qué es la Terapia de Aceptación y Compromiso

    Cómo acercarme a mis valores

    Qué es la aceptación

    Para profundizar:

    Luoma, J. B., & Platt, M. G. (2015). Shame, self-criticism, self-stigma, and compassion in Acceptance and Commitment Therapy. Current Opinion in Psychology, 2, 97–101.

    Puedes consultar este artículo aquí

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    Cómo conmemorar el Día Internacional de la Mujer

    Hay muchas formas en las que podemos conmemorar el día internacional de la Mujer, como sabemos es una de las conmemoraciones más aplaudidas en nuestros días, el 8 de marzo en diferentes partes del mundo se alza la voz por la lucha de los derechos de la Mujer para visibilizar las situaciones de violencia, discriminación y desigualdad que aún en nuestra sociedad actual se hacen presentes. 

    Para conocer más del porque se conmemora el 8M da clic aquí

    En resumen, ¿para qué se conmemora el 8 de Marzo?

    El 8 de marzo nos recuerda la lucha por los derechos de las mujeres, así como continuar día con día con acciones comprometidas que nos lleven a atender las realidades sociales que aún se viven. 

    Con el objetivo de conmemorar este día, alrededor del mundo se realizan diferentes acciones: instituciones gubernamentales y movimientos sociales realizan actividades para alzar la voz en pro de esta lucha, para conocer más da clic aquí 

    Cada una de nosotros podemos hacer acciones para conmemorar este día. Desde nuestro lugar de trabajo, nuestras familias y  principalmente desde nuestra persona. 

    Si así lo eliges, puedes conmemorar el día internacional de la Mujer todos los días cuidando de ti, validando lo que sientes y reconociéndote como una persona valiosa.

    Actividades para conmemorar el día internacional de la Mujer

    Cultiva la gratitud 

    Registra un diario de gratitud, inicia estableciendo un horario en el que te darás la oportunidad de enlistar de 3 a 5 acciones que agradeces a ti misma, incluyendo actividades cotidianas que te hagan sentir bien (un baño, un alimento, dormir), integra habilidades y cualidades, así como experiencias que te hayan hecho sentir bien, acciones comprometidas en pro de lo que es valioso para ti.

    Practica el reconocimiento

    Dedica un momento para reconocer aquello que realizas día con día, acciones que se han vuelto cotidianas y que te gustaría que otros reconozcan, o que reconocerías de alguien más y tú has dejado de valorar en tí misma, una práctica para iniciar en esto es escribir en post-it frases o palabras positivas, validantes o motivantes de tí para tí.

    Fortalece la autocompasión

    La autocompasión es una actitud de bondad y cuidado hacia tí misma. 

    Intenta practicar al menos una vez al día esta actitud, los momentos en donde percibas que estás siendo crítica o demasiado exigente hacia tu persona e intenta tener un gesto de amabilidad hacia tí misma, utilizando frases de bondad y empatía que seguramente ya usas con otras personas.

    Si te es difícil comenzar esta práctica, cuando notes criticismo o demasiada exigencia hazte la pregunta ¿qué le diría a mi mejor amigo (a) o una persona que amo mucho si estuviera en esta situación?

    Realiza una actividad que disfrutes

    Encuentra el espacio para realizar una actividad que disfrutes, que quizás por actividades cotidianas o no tener tiempo no te has permitido realizar (salir con un amigo, tomar un café, salir a caminar, disfrutar de un baño).

    Da espacio y valida tus emociones

    Es muy común que ignoremos lo que sentimos cuando no sabemos cómo afrontarlo, sin embargo, nuestras emociones pueden ser un buen termómetro que nos indique qué hacer en momentos clave.

    Pon atención a tus experiencias con los demás y checa si hay situaciones que no te hagan sentir bien o que te ponen en riesgo, validar tus emociones implica evitar minimizarlas y nos permite decidir mejores formar de afrontarlas, cuando estés incómoda con una situación, primero reconoce esa incomodidad y después podrás pensar en cómo lidiar de la mejor manera posible con ella.

    Si la necesitas, pide ayuda

    Si percibes que vives situaciones de violencia o acciones que te ponen en riesgo, pide ayuda. Identifica tus redes de apoyo, aquellas personas o instituciones que podrían darte soporte.

    Si te sientes vulnerable o en riesgo, es porque probablemente lo estés, evita normalizar esas situaciones y junto a tu red de apoyo identifica la mejor manera de afrontarlas, si no cuentas con una red de apoyo puedes empezar a crearla iniciando un proceso terapéutico, una o un terapeuta pueden apoyarte.

    Deseo que estas ideas te inspiren y funcionen, la práctica del autocuidado es un deber con nosotras mismas, no sólo en el día internacional de la Mujer, sino todos los días.

    Psic. Griselda Flores

    Psicoterapeuta

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    Por qué se «celebra» el Día Internacional de la Mujer

    A veces por inercia, otras por desinformación se asume que el Día Internacional de la Mujer es un motivo para festejar  y celebrar a las mujeres.

     

    Si bien es cierto que tener el pretexto para reconocer la importancia que tienen las mujeres de nuestra vida (amigas, familiares, esposas, novias, incluso nosotras mismas) no viene mal, es importante saber no se trata de una celebración, sino de una conmemoración, ya que tiene connotaciones históricas e ideológicas relevantes de cara a la lucha por los derechos de las mujeres.

    ¿Qué se conmemora el 8 de Marzo?

    El Día Internacional de la Mujer es un llamado a la acción, una invitación a luchar y alzar la voz, conmemorar la ideología de este día: La lucha por la justicia y defensa de los derechos humanos de las mujeres.

    ¿Por qué la lucha por los derechos humanos es necesaria en el caso de las mujeres? 

    Porque históricamente el camino para lograr tener derechos igualitarios, ha sido sinuoso.  

    ¿Cuál es la historia del Día Internacional de la Mujer?

    Recientemente  National Geographic hizo una publicación, que puedes ver aquí; en la que se plantea que  la necesidad de conmemorar un Día Internacional de la Mujer, nace después de la revolución industrial, durante el siglo XIX, los cambios en la economía y el trabajo, integraron cada vez más a las mujeres en la fuerza laboral. 

    Sin  embargo, muchas sufrían explotación y falta de reconocimiento a sus derechos laborales. Fue entonces que  comienzan a organizarse los primeros grupos de mujeres para conformar sindicatos y realizar protestas para exigir sus derechos.

    Posteriormente en el año de 1911, un incendio en la fábrica de textiles en la ciudad de Nueva York, cobró la vida de decenas de trabajadores, quienes en días previos ya habían salido a tomar las calles a protestar por las omisiones a sus derechos y la falta de garantía de condiciones laborales seguras. 

    A partir de este suceso, se comienzan a visibilizar mayores protestas comandadas por mujeres para exigir igualdad y garantizar el ejercicio de sus derechos alrededor del mundo.

    México es parte de esta lucha con actividades coordinadas por la ONU MUJERES, que puedes consultar aquí.

    A la luz de esto, ¿celebrar o felicitar en el Día de la Mujer?

    Para quien comprende el significado del Día internacional de la Mujer, está claro que la felicitación está fuera de lugar, ya que generalmente cuando se felicita a una mujer en este día,  se suele dar valor a cualidades en torno al género o su rol social que en general tiende a encasillar o reducir el rol de las mujeres y su papel activo en la construccion de la sociedad.

    Como ya lo hemos comentado, el Día Internacional de la Mujer no se festeja o se celebra.  

    El 8M es un acto de memoria, es un recordatorio de la lucha constante de las mujeres por la igualdad en sus derechos, es honrar a aquellas que tuvieron el valor de iniciar la lucha, aquellas que la mantienen y las que la continuamos, buscando un entorno en el que todas las personas tengamos los mismos derechos.

    El 8M es una invitación a actuar, a defender, a hacer conciencia y fortalecer la sororidad que es deseable exista entre las mujeres.

    Romper el silencio, validar, poner sobre la mesa los temas incómodos, generar más espacios entorno a seguir protestando contra lo que represente un daño a nuestra integridad.  

    Una lucha por evitar las cosas que que nos duelen: discriminación, injusticia, desigualdad, maltrato, violencia, sólo por el hecho de ser Mujeres.

    Entonces, ¿qué puedo hacer el Día Internacional de la Mujer?

    Conmemorar. Recuerda que esta es una lucha que aún no termina, todavía existen  mujeres que no viven en condiciones de igualdad y que continúan siendo vulneradas y violentadas.   

    Involúcrate en espacios de escucha y participación, acompáñate de otras mujeres e historias que te ayuden a entender mejor esta perspectiva. El 8M es una fecha conmemorativa, pero esta práctica puedes realizarla continuamente.

    Reflexionar, cuestionar y expresar libremente sobre los temas que te duelen: Reconocer nuestra vulnerabilidad puede generar más empatía y cercanía. No tienes que poder con todo, ni estar de acuerdo. Poner sobre la luz nuestros miedos y temores es alentar nuestro derecho a decidir sobre nuestra vida.

    Depurar y cuestionar: Tristemente hay mucho contenido en redes sociales, en la música, personajes o en la web en general que probablemente seguimos sin discriminar de qué se trata, revisa si  aquello que consumesalenta la violencia o exigencia sobre lo que una mujer tiene o debe de ser.

    Cuida y depura lo que consideres que es violento hacia ti u otras mujeres.

    Lo que que cosifica, denigra o reduce el Ser Mujer, y sobre todo cuida que las niñas, niños y adolescentes no tengan contacto con ese contenido que pasivamente genera y refuerza estas ideas contra las que estamos luchando.

    Visibilizar: ten en cuenta que no porque un problema no te pase a ti, significa que no exista o no sea una realidad compleja para muchas otras mujeres.  

    Haz lo que te sea posible, comparte contenido valioso, habla con las personas a tu alrededor, hay muchas cosas que se pueden hacer, cada uno desde nuestro espacio, para visibilizar estas situaciones e impactar en más personas para cambiar la sociedad en la que vivimos.

    Reconocer: a las mujeres en tu vida, a quienes precedieron esta lucha, a quienes te apoyan incondicionalmente y te sostienen emocionalmente y a ti por seguir de pie ante los embates que has tenido que enfrentar.

     

    Psic. Evy Simental

    Psicoterapeuta 

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    La salud mental, ¿cómo cuidarla?

    La salud mental ha adquirido un papel importante en los últimos años, de manera notable la importancia que le damos se incrementó al atravesar por la pandemia de COVID-19, fue una experiencia que nos ayudó a replantear la manera en cómo nos estamos cuidando y la importancia de las conductas de  autocuidado en el día a día, fue una invitación a cuestionar el tiempo que dedicamos al trabajo, escuela y demandas sociales, en contraste con el tiempo que dedicamos aa su cuidado.

    Sin embargo, a pesar de que se ha hecho mucho hincapié en la importancia que tiene el cuidar nuestra salud mental, datos de la Organización Mundial de la Salud, OMS (2022) señalan que los trastornos de ansiedad y depresión durante el primer año de pandemia aumentaron más del 25% a nivel mundial y que aproximadamente una de cada ocho personas en el mundo sufre algún trastorno mental, siendo la principal causa de años perdidos por discapacidad. (Puedes consultar estos datos de la OMS en este enlace: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-disorders ).

    Hablar de salud mental puede ser  complejo, pues a pesar de que, afortunadamente, ya se reconoce su importancia en nuestra vida, en muchas ocasiones no se tiene información sobre cómo cuidarla y prevenir afectaciones o problemáticas que mermen nuestra salud mental, incluso en muchas ocasiones las personas desconocen qué es la salud menta, con frecuencial  se piensa que sólo por no presentar algún trastorno ya contamos con ella y  no es necesario prestar atención a esta área. 

    ¿Qué significa Salud Mental?

    La OMS (2022) señala que la salud mental es una parte complementaria de nuestra salud y bienestar general, a la par de ser un derecho humano fundamental.  Significa ser más capaces de relacionarse, desenvolverse, afrontar dificultades y prosperar. La salud mental existe en un complejo proceso continuo, con experiencias que abarcan desde un estado óptimo de bienestar hasta estados debilitantes de gran sufrimiento y dolor emocional. Las personas con trastornos mentales son más propensas a experimentar niveles más bajos de bienestar mental, pero esto no siempre es así, ni es necesariamente así (OMS, 2022, p. 2, puedes descargar el informe mundial en https://www.who.int/es/publications/i/item/9789240050860 ).

    La salud mental es más que la mera ausencia de trastornos mentales y se da en un proceso complejo, siendo uno de los pilares para el sano desarrollo de nuestras capacidades personales y colectivas para poder tomar decisiones, establecer relaciones y dar forma al mundo en el que vivimos, lo cual se ve reflejado en nuestros niveles de bienestar y satisfacción con la vida. 

    Beneficios:

    • Hacer frente a las dificultades de la vida más efectivamente.
    • Desarrollar y ser conscientes de nuestra habilidades y capacidades. 
    • Aprender y trabajar adecuadamente. 
    • Tener un buen funcionamiento los aspectos cognitivos, afectivos y conductuales. 
    • Contribuir a la mejora de mi comunidad. 

     

    ¿Qué afecta a nuestra salud mental?

    Nuestra salud mental puede verse afectada en cualquier momento de nuestra vida, desde que somos bebés hasta en la edad adulta y no distingue edad, sexo o estatus socioeconómico. Cuando a travesamos situaciones difíciles ya sean laborales, personales, familiares, económicos o emocionales y las exigencias son muy altas sobrepasando nuestra capacidad de manejarlas.

    Por lo que, es importante reconocer que nadie está exento de padecer alguna afectación a su salud mental y esto tiene que ver con múltiples determinantes: individuales, sociales y estructurales. Los cuales pueden combinarse para protegerla o afectarla.

    A partir de esto, es importante comprenderla desde una perspectiva biopsicosocial, en la cual se está en constante interacción desde lo individual con lo social y estructural.

    Componentes de la salur mental
    [Componentes de la salud mental]

    Algunos aspectos que pueden afectar son:

    • Experiencias difíciles: Como violencia, abuso, catástrofes naturales y crisis sanitarias. 
    • Factores biológicos: Hereditarios o desbalances químicos en el cerebro.
    • Estilo de vida: Como la dieta, actividad física y consumo de sustancias.
    • Sensaciones de soledad o aislamiento.

    ¿Cuál es la importancia de cuidar de nuestra salud mental? 

    La salud mental tiene un impacto directo en nuestra forma de pensar, sentir y actuar. También ayuda a determinar la manera en que respondemos ante el estrés, como nos relacionamos con otras personas y como tomamos decisiones. 

    Los principales beneficios de cuidar nuestra salud mental son: 

    • Enfrentar el estrés de la vida.
    • Estar físicamente saludable.
    • Tener relaciones sanas.
    • Contribuir en forma significativa a la comunidad.
    • Trabajar productivamente.

    ¿Cómo detectar un problema?

    Con frecuencia los problemas en la salud mental son detectados porque nuestro estado de ánimo cambia, sin embargo, no siempre es así. A veces las personas a nuestro alrededor pueden ser un buen termómetro, si recibimos comentarios de un cambio notable, puede ser otro indicador.  Es importante saber identificar cuando se presentan problemas para poder atenderlos de manera oportuna, recuerda que los profesionales de la salud están para orientarte y acompañarte, no lo dejes pasar y toma acciones que te ayuden a sentirte mejor. 

    Aquí algunos focos rojos que son importantes considerar para solicitar acompañamiento psicológico: 

    • Cambios en sus hábitos alimenticios o de sueño
    • Aislarse de las personas y actividades que disfruta
    • Tener nada o poca energía
    • Sentirse vacío o como si nada importara
    • Tener dolores y molestias inexplicables
    • Sentirse impotente o sin esperanza
    • Fumar, beber o usar drogas más de lo habitual
    • Sentirse inusualmente confundido, olvidadizo, enojado, molesto, preocupado o asustado
    • Tener cambios de humor severos que causen problemas en sus relaciones
    • Tener pensamientos y recuerdos que no puede sacar de su cabeza
    • Escuchar voces o creer cosas que no son ciertas
    • Pensar en lastimarse a sí mismo o a otros
    • No poder realizar tareas diarias como cuidar a sus hijos o ir al trabajo o la escuela

    También puedes consultar esta entrada para saber si necesito ir a terapia https://ijpcc.com/necesito-ir-a-terapia/

    ¿Cómo cuidar nuestra salud mental?

    Estrategia CUIDA para la salud mental
    [Estrategia CUIDA para la salud mental]

    Es importante saber qué acciones de autocuidado podemos tener para cuidar de nuestra salud mental y prevenir afectaciones. No solo se trata de atendernos cuando ya nos sentimos mal o nuestra vida se ve mermada.

    Algunas acciones para tu autocuidado: 

    1. Cuida tu cuerpo: busca tener una alimentación balanceada, evitando los excesos de azucares, alcohol y cafeína. 
    2. Incluye actividad física en tu día: Realiza algún tipo de actividad física de manera regular, esto puede ayudar a mejorar tu estado de ánimo. No es necesario que corras un maratón, PUEDES: caminar en un parque, estirarte un poco, hacer una rutina de cardio en tu casa, lo importante es moverte. 
    3. Descansa: Sigue una rutina para ir a dormir, tratando de mantener horarios para irte a la cama y despertarte, intenta dormir entre 7 y 8 horas diarias. RECUERDA, una buena noche de sueño nos ayuda a disminuir el estrés del día, mejora el desempeño y la toma de decisiones, ayuda a mejorar tu estado de ánimo y la relación con otras personas. 
    4. Ocio: Disfruta de tu tiempo libre realizando actividades que ayuden a sentirte mejor: ir al cine, leer un buen libro, ver una seria en casa, ir a cenar con amigos. RECUERDA, el tiempo dedicamos a realizar las cosas que nos gustan nos ayudan a cargar energía y despejar nuestra mente, lo cual se ve reflejado en los niveles de estrés. 
    5. Red de apoyo: Es importante mantener contacto con las personas que son importantes para nosotros. El poder reconocer nuestra red de apoyo nos AYUDA a saber con quien recurrir cuando nos sentimos sobrepasados y pedir ayuda para afrontar situaciones complicadas. 

    Salud mental infantil

    Evidentemente, es responsabilidad de los adultos cuidar y promover la salud mental de las niñas, niños y/o adolescentes que están bajo tu cuidado, todas las ideas y estrategias aplican para ellos, claro, con sus debidas adaptaciones. El tema da para profundizar al respecto y en el futuro compartiremos una entrada dedicada a ello, por el momento te compartimos un enlace en el que puedes encontrar algunos recursos para fortalecerlas:  http://mentalizarte.com/index.html

     

    Psic. Lourdes Hinojosa

    Psicoterapeuta en IJPCC

    rituales duelo

    ¿Cómo vivir el duelo de un ser querido?

    Los rituales marcan puntos de inflexión, transiciones importantes y significativas en nuestra experiencia vital; incluso antes del nacimiento, baby showers o las modernas revelaciones de género, fiestas de cumpleaños, graduaciones, matrimonios, ceremonias de reconocimiento por años de trabajo y la jubilación laboral.

    En el caso de los rituales relacionados con la muerte, hay un desarrollo según el contexto. Hay algunas pérdidas en las que se vuelve difícil o invalidado hacer un ritual. 

    Por ejemplo, realizar eventos religiosos en conmemoración de quienes se suicidaron o murieron a causa de enfermedades estigmatizantes como el SIDA; o la pandemia de COVID-19 que nos impidió realizar los rituales que comúnmente hacíamos.

    Cuando ocurren pérdidas gestacionales, sobre todo durante las primeras semanas, se desestima que sea importante realizar una ceremonia o ritual (puedes leer un blog al respecto https://ijpcc.com/como-vivir-la-maternidad-en-un-duelo-gestacional-o-perinatal/ ; tampoco hay un evento público para iniciar el proceso de duelo después de la pérdida de un trabajo.

     

    Bronna Romanoff y Marion Terenzio definen el ritual como una herramienta cultural que proporciona un modelo del ciclo de vida que puede ayudarnos a adaptarnos al caos emocional y crear un orden simbólico para los eventos vitales, mientras nos permite crear un significado compartido. 

    Me gustaría mencionar algunos procesos que se pueden lograr con los rituales: 

     

    • Reconocer la realidad de la pérdida. En el modelo de duelo de William Worden, esta es la primera misión. Los funerales permiten reconocer públicamente la realidad de la pérdida. Como en todo proceso de duelo, nada está establecido como exigencia, por lo que un funeral es una de las oportunidades para comenzar a despedirnos de nuestro ser querido.

     

    • Abrir espacio para el dolor: Durante una ceremonia fúnebre, a menudo se manifiestan emociones fuertes en un ambiente seguro rodeado de personas importantes para el difunto y su familia. Además, hay consuelo y validación mutuos. Los rituales relacionados con la muerte pueden ayudar a regular los altibajos emocionales que se experimentarán a lo largo del duelo.

     

    • Revisar nuestros significados: Después de la muerte de un ser querido, una parte de nosotros también muere. Algunos de los significados y valores de nuestro mundo pueden verse truncados y cuestionados, estaremos en crisis.

          Un funeral, como rito de transición, puede simbolizar el inicio de esta revisión y la renovación de la personalidad para adaptarse a la nueva identidad que se vivirá; ya no seremos quienes éramos antes de la pérdida.

     

    Todo lo que nos conmueve y nos transforma se queda con nosotros.

    – Robert A. Neimeyer

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    Mtra. Mónica García

    Si eres terapeuta y quieres tener herramientas para el manejo del Duelo Prolongado, checa este Taller Presencial, impartido por la Mtra. Mónica García.